domingo, 10 de noviembre de 2013



Agasajan  al maestro 
Electo Silva en sus 85 años

Texto y fotos: M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón

De izq. a der.: García Zapata, Electo, y Lázaro Expósito
Santiago de Cuba, noviembre 10.- A media mañana de este domingo, el maestro Electo Silva Gaínza, Premio Nacional de Música y director fundador del prestigioso Orfeón Santiago, fue sorprendido en su casa del pintoresco poblado de Cuabitas, por una visita inesperada.
Lázaro Expósito Canto y Reinaldo García Zapata, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Presidente de la Asamblea del Poder Popular, respectivamente, en la provincia de Santiago de Cuba, fueron a agasajar al maestro Silva Gaínza quien el pasado 1ro. de noviembre celebró su cumpleaños número 85. 
Al Director del Orfeón Santiago le entregaron un cuadro de mediano formato, con la foto del coro santiaguero, la imagen de Electo en la parte superior izquierda, y un texto martiano: Hombres recogerá quien siembra escuelas.
La visita dejó a un lado la formalidad y dio paso a un ambiente familiar, en que Silva Gaínza recordó cuánto aprendió en Haití: el francés, el creole, el violín, los coros, que tanto le sirvieron luego para su desempeño profesional.
Electo nació el 1 de noviembre de 1928 en Santiago de Cuba y de 1936 a 1947 realizó sus estudios primarios y secundarios en la vecina isla de Haití, donde desarrolló su afición por la música, al tocar flautín en una banda y violín en un cuarteto de cuerdas.
Electo contó sus vivencias en Haití
Regresó a Cuba en 1947 y estudió Pedagogía en la Universidad de Oriente, carrera que finalizó con el primer expediente en 1951, mientras paralelamente, es el primer violín de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Provincial de Música de Oriente. Terminó también, los estudios de teoría y solfeo, e ingresa en la Coral Universitaria.
El joven Silva Gaínza ganó por oposición una beca para estudiar francés en París, donde se graduó con Expediente de Honor en 1954, aunque antes integra la Orquesta de la Ciudad Universitaria parisina, con la que viaja a Alemania. 
En París estudió Sicología y Pedagogía y obtiene el diploma correspondiente, y cuando llegó a Cuba labora como instructor de Sicología general y Sicología pedagógica, en la Universidad de Oriente. A la par, enseñó Literatura francesa y Pedagogía del Francés, ocasión en que fundó y dirigió “Cantores Polifónicos”.
En 1960 Electo Silva fundó y dirigió el Conservatorio Esteban Salas y su obra cumbre: el Orfeón Santiago, todo sin dejar los predios universitarios en los que condujo corales estudiantiles y el Departamento de Música, mientras laboraba como presidente de la filial de música de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
También desde los 60, Silva es el principal animador del Festival Internacional de Coros en Santiago de Cuba, y también, participa en eventos teóricos sobre coros en Francia, Hungría, Alemania, Suecia, Venezuela, Finlandia, Guadalupe, España…
Con el “Orfeón Santiago” va a la antigua Unión Soviética, Hungría, Bulgaria, Polonia, Barbados, Granada, Curazao, Martinica, Guadalupe, México, España, Francia…
El maestro Electo ha dirigido formaciones corales en Cuba y el extranjero, especialmente en Suecia, Dinamarca, Alemania y México, y a orquestas; también, a conjuntos de cuerdas que han interpretado a Esteban Salas en la exURSS, Hungría, Polonia, Bulgaria…
Diálogo en un ambiente familiar
La vocación pedagógica de Silva le ha permitido organizar y dirigir numerosos talleres de música coral en La Habana, Santiago de Cuba, Suecia, Dinamarca, Barquisimeto y otras localidades, en Venezuela; Argentina, en Pastrana y Pamplona, en España; en Bordeaux, Francia…, sin descuidar la composición, aspecto en que muestra, en Cuba y allende del mar, ciclos de canciones corales, suites, más de cien arreglos para coros, canciones y pequeñas cantatas; y varios ciclos para niños y adolescentes.
Por su autoridad en la labor pedagógica y musical, Electo Silva a integrado jurados en Trelew, Argentina; Torre Vieja, España, y en las olimpíadas corales en Linz, Austria. 
Libros, folletos y otras ediciones, obras todas del Director del Orfeón, forman su creación editorial, lo que se une a una amplia discografía con el Orfeón Santiago, Coral Universitaria, Coro de Camagüey, Orfeón Holguín, Coro de Gotemburgo, canciones infantiles, coro femenino de la Escuela Nacional de Arte, arreglos para discos corales en diversos países, Orfeón Santiago Infantil…
El trabajo de Silva Gaínza en los pentagramas le abrió el camino hacia diversos premios en composición y la filiación a la UNEAC, la Asociación Cubana de Coros, la Federación Internacional de Música Coral, y la influyente ESGAE.
  Es tan abarcadora la obra de Electo, que ha sido recompensada con Distinción por la Cultura Cubana, Medalla Alejo Carpentier, Orden Felix Valera, de Primer Grado, (la más alta condecoración que confiere el Estado Cubano a los artistas e intelectuales); Diploma y Placa Bela Bartok del Estado Húngaro; Medalla de fundador de la Universidad de Oriente, y la Medalla de los Sindicatos Soviéticos en el 60 Aniversario de la Revolución de Octubre.
Electo es Profesor Titular Invitado del Instituto Superior de Arte y ostenta, además de los reconocimientos señalados, la Medalla José María Heredia, distinciones y medallas de la Universidad de Oriente y del Instituto Politécnico Julio Antonio Mella de Santiago de Cuba, y por ser Presidente de los Festivales Internacionales de Coros de Santiago de Cuba.
Con orgullo, el maestro Silva exhibe los títulos Caballero de las Artes y de las Letras de la República Francesa; Doctor Honoris y Causa del Instituto Superior de Arte (ISA), la Distinción Utilidad por la virtud, y el Premio Nacional de Música.
NUEVA TAREA A LOS 85
Los temas más diversos fueron abordados en la plática entre las autoridades de Santiago de Cuba y Electo. Y surgió una petición que ya es tarea nueva para el Maestro: organizar un coro gigante, con todas las agrupaciones del perfil en Santiago de Cuba, para celebraciones puntuales del territorio. Electo lo dirigirá, pues conocimientos y deseos de hacerlo tiene de sobra.
Y el buen músico que es Silva, se quedó en su pintoresca Cuabita, en las afueras de la urbe, cavilando cómo introducir una ciudad, musical por demás, dentro de un solo coro.    

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