sábado, 15 de noviembre de 2014

Un recuerdo eterno para Minín Flores



Adiós a Minín Flores, una voz 
genuinamente cubana, 
genuinamente santiaguera

M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón

Minín Flores
Santiago de Cuba, noviembre 15.- En la programación artística de los más diversos centros fabriles o educacionales de esta ciudad, y muy especialmente la de aquellos fabulosos espectáculos en clubes y cabarets de la urbe, siempre aparecía el nombre de una cantante: Minín Flores.
De hecho, lo precedente fue de entre las primeras cosas que hice como periodista en mis inicios en “Sierra Maestra”; por eso conocí personalmente a Minín, y departí con ella en incontables ocasiones.       
Un rasgo la distinguía: la manera tan cortés de dirigirse a las personas, tuviesen o no relación con la actividad artística.
Hace apenas una semana, el amigo Lorenzo Jardines avezado en la Casa de las Tradiciones, en la Casa del Caribe y en mil proyectos culturales de la ciudad me habló de la muerte de Minín y de la necesidad de ponderar su figura. Algo loable porque esta intérprete por derecho propio se había ganado el derecho a cuantos reconocimientos se pudieran hacer.
Luego fue el Lic. Vladimir Martínez Savón el interesado en destacar las virtudes personales y artísticas de Minín, y al respecto escribió estas líneas que siguen y que constituyen un homenaje modesto a Minín Flores, voz y figura inolvidables de la escena santiaguera.
Vladimir escribió así este reconocimiento, al que nos sumamos pues resumen en pocas a una personalidad inolvidable de Santiago de Cuba:
“Próxima a cumplir sus 80 años, nos da el eterno adiós –en la noche del pasado 7 de noviembre de 2014-, la artista genuinamente santiaguera Minín Flores.
“Minín desde joven comienza a llenar con su voz cada espacio de la noche santiaguera de la década del 50 del pasado siglo, convirtiéndose en una de las cantantes angulares del espectáculo.
“Junto a Esperanza Ibis, Ana Potrié, Mirtah Arencibia y otras divas santiagueras dieron realce y prestigiaron la escena de clubes y cabarets, destacándose Minín por su humildad, compañerismo y disciplina.
“El público que la siguió durante años -más de 60- la reconoció por sus refinados modales, muestra de una adecuada educación familiar. La elegancia en el vestir, fue otro de sus atributos distintivos y la entrega sin medida a su arte.
“Sin escatimar sacrificios se sumó al proceso revolucionario y cada rincón de Cuba escuchó su voz, fábricas, cañaverales, centros de trabajos y hospitales, fueron los lugares donde el obrero cubano se permeó con la legitimidad de la cultura cubana a través de su voz. Su arte quedó plasmado también en el séptimo arte cuando su rostro aparece en el filme El joven rebelde.
“Los amantes del espectáculo y de la auténtica forma de interpretar la canción cubana y santiaguera siempre nos sentiremos orgullosos de haberla tenido entre nosotros, y siempre en cada bolero, en cada tango estará el eco de la delicada voz de esta inigualable cubana que fue Minín Flores.”

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