miércoles, 4 de enero de 2012

EL ÚLTIMO PASACALLE CON RAMIRO

M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón


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Santiago de Cuba, ene 4.- Fue el último pasacalle con Ramiro. Se fueron actores y actrices, con su atuendo colorido y sus caras pintadas, saltando y cantando (y llorando por dentro) por las calles de la ciudad, junto al coche fúnebre, para acompañar a Ramiro Herrero Beatón hasta el sitio de su descanso definitivo.
Y en una muestra peculiar de teatro callejero, transitaron Ramiro y sus compañeros de las tablas, mientras que la ciudad también despedía a uno de sus hijos buenos, fallecido ayer en esta ciudad, víctima de cáncer.
Herrero Beatón, de 73 años, era aquí un fundador del teatro post revolucionario, a inicios de la década del 60.
A la funeraria ubicada en la calle Calvario, a pocos metros de la Sala Teatro Nguyen Van Troi, en la populosa vía de Enramadas, llegó una nutrida representación de artistas de todas las manifestaciones, para ofrecer postrer tributo a Ramiro, actor, dramaturgo y pedagogo, y una de las figuras cubanas más destacadas del género.
Personajes de las obras montadas o creadas por Herrero Beatón  regresaron esta mañana con su indumentaria de la época y tradicional hasta la funeraria Bartolomé,  primero para hacer guardia de honor junto al féretro y luego para acompañarlo hasta el cementerio, por las calles de Santiago de Cuba.     
Ramiro, coincidentemente nacido hace 73 años a pocos metros de donde fueron sus exequias desde ayer hasta las 10:00 horas de hoy,  falleció ayer, a las 14:20 horas en el Hospital Oncológico de esta ciudad, después de luchar largamente contra el cáncer que en las últimas semanas hizo metástasis al cerebro.
Hace poco más de dos semanas, Herrero Beatón, en medio de su estado precario de salud, finalizó la redacción de un libro de unas 600 cuartillas sobre la historia del teatro en Santiago de Cuba y en Cuba, y perfilaba tres textos más del tema.  
En su extensa labor en los escenarios cubanos y extranjeros, Ramiro montó más de 150 obras, entre estas las muy reconocidas Cefi y la Muerte, De cómo Santiago Apóstol puso los pies en la tierra, Asamblea de mujeres, Macbeth, Angélica, Yepeto, El otoño del Rey Mago, Los dos viejos pánicos..., y de ese total, más de 30 son de su creación como dramaturgo. 
Como parte de su preparación, Ramiro hizo la Licenciatura en Letras y Literatura Hispanoamericanas, en la Universidad de Oriente, y matriculó en la Cátedra de Teatro, en la Facultad de Filosofía y Letras, donde recibió clases de reconocidos profesores.   
En el orden social, combinó el teatro con otras labores en el sector educacional, en bufetes, en la Campaña de Alfabetización, en 1961,  y en la empresa minera del norte de la antigua provincia de Oriente.
En dos períodos: de 1964 a 1977, y de 1977 a 1995 formó parte del Conjunto Dramático de Oriente y del Cabildo Teatral Santiago, respectivamente, y luego dirigió artísticamente varios proyectos, entre estos y hasta el final de su vida, el grupo de teatro A Dos Manos.   
Precisamente, fueron sus compañeros del “A Dos Manos” y otras figuras del teatro santiaguero, quienes esta mañana dieron vida a los personajes que Ramiro creó para sus obras, para estar junto al féretro en guardias de honor.
En la esfera política, Herrero Beatón acumuló un hermoso historial:   Movimiento 26 de Julio, los sindicatos Minero, de la Construcción y de la Educación; el Partido Socialista Popular, las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), el Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS), la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y el Partido Comunista de Cuba (PCC).
En la funeraria se encontraban, notablemente afectados por la muerte del artista, sus familiares, especialmente su esposa.    
Personalidades que asistieron a la “Bartolomé” recordaron que Herrero trabajó y enseñó teatro en Uruguay, Argentina, Jamaica, España, Venezuela, México, Nicaragua, Panamá, Guyana, Alemania, Bulgaria..., y que hizo un importante aporte pedagógico y artístico en las aulas de la Universidad de Oriente, festivales, y a la TV, el cine y la radio santiagueros, con obras como Iván el explorador, Doña Guiomar, El mar del tiempo perdido, La recurva, Ya estamos en combate, Vía Crucis, El Renunciamiento, La carga al machete, La Cueva del muerto, En el aire...
Junto al ataúd cubierto con la Bandera Cubana estaban algunas de las insignias de los más de 40 galardones recibidos por el artista, entre estos la Distinción Raúl Gómez García, la Medalla por la Alfabetización, la Distinción por la Cultura Nacional, la Placa José María Heredia...  
Andrés Caldas, actor santiaguero, dijo emotivas palabras como despedida de duelo, antes de partir el cortejo hacia el “Santa Ifigenia”.
Minutos antes, figuras del teatro como Dagoberto Gaínza, Marcial Escudero, Nancy Campos... habían manifestado a la prensa, su consternación por la muerte del teatrista, quien desde joven participó en las luchas estudiantiles contra la tiranía de Fulgencio Batista y luego del triunfo revolucionario de 1959 fue una personalidad consagrada al teatro y a múltiples tareas de la construcción socialista en Cuba.

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