ESTATUAS VIVIENTES EN SANTIAGO DE CUBA 

POR EL DIADEL TEATRO CUBANO

M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón

Fotos del autor 

Impresionados quedaron los transeúntes de la noche dominical por la calle Enramadas, una de las arterias principales de la sur oriental ciudad de Santiago de Cuba, cuando ayer, de repente, se encontraron ante un grupo de “estatuas” muy peculiares... porque eran seres humanos.

El público, admirado, disfrutó con una de las manifestaciones más actualizada del arte escénico, por la aparente rigidez de los cuerpos, y en el diseño del vestuario hecho con papel grueso.

Así, con performance tan expresivo y silencioso a la vez, el proyecto comunitario Allegro Teatro, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), inició la velada que anoche celebró en Santiago de Cuba, el Día del Teatro Cubano.

“Estatuas Vivientes” se tituló la muestra, dirigida artísticamente por Alexander Legró, con música y diseño de Carlos Rodríguez y Guasch Estiú, respectivamente.

 

  Simultáneamente, en la Galería Santiago Apóstol, en el interior de la sala teatro Nguyen Van Troi, el artista Francisco Echarte clausuraba la expo de pinturas La ineluctable modalidad de lo visible, y más tarde, el grupo Histrión, bajo la conducción de José Ramón Hernández, regalaba Fiesta de Máscaras, en el patio del Cabildo Teatral.

Los teatristas santiagueros dedicaron la velada de anoche, al Día del Teatro Cubano y a la memoria del recientemente fallecido actor, director y escritor, Ramiro Herrero Beatón, de ahí que todos los vestuarios de papel recrearon las obras que Herrero llevó a escena: El Macho y el Guanajo, De cuando Santiago Apóstol puso los pies..., Asamblea de las Mujeres...

El 22 de enero, en Cuba se celebra la efeméride del teatro, como recordación de los sucesos ocurridos ese mismo día, pero de 1869 en el Teatro Villanueva, en La Habana, cuando fuerzas del Ejército Español y de Voluntarios atacaron con disparos a los cubanos asistentes a la representación.

El detonante de la masacre ejecutada por los colonialistas fue que la obra puesta en escena abría numerosas interpretaciones, pues ya en la función precedente, el 21 de enero de 1869, el público había dado vivas a Cuba y a Carlos Manuel de Céspedes, jefe del movimiento cubano de emancipación en los campos orientales el 10 de octubre de 1868.