sábado, 31 de diciembre de 2011

“Simplemente, estoy vivo, trabajando y siendo útil”


M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Fotos del Autor y archivo

“Yo llego a estos 75 años y ni me doy cuenta que he llegado. Simplemente sé que estoy vivo, trabajando y siendo útil. Eso es muy importante: Cuando usted es una persona mayor, que cuenta con muchos años, lo esencial es ser útil, y poder seguir dando,  aportando, generando... Me parece que ahí está lo cardinal de la edad: sentirse como yo: con mucho ánimo.”   
Transcurre el fin de semana en Santiago de Cuba. Hace solo minutos que Eduardo Rivero Walker recibió en el Teatro Heredia, de esta ciudad, un homenaje por su cumpleaños 75, por los 40 años del estreno de Súlkary, una de sus obras cumbre, y porque su Premio Nacional de Danza arriba a los 10 años.  
Aún tiene entre sus manos un diploma hermoso, que enseña a todo el mundo. Una figura como él, que ha sido distinguido en tantos escenarios del mundo, está emocionado con un diploma, porque en solo dos líneas de texto le reconocen que haya consagrado su vida a la danza y al trabajo. Por eso lo dejo casi desconcertado con la primera pregunta, no referida a la danza sino a la edad. Y no puede menos que reírse.  
“No me preocupo por la edad sino por lo que debo hacer; por lo que puedo hacer; por lo que necesito hacer; por lo que quiero hacer... Trato de hacerlo y hacerlo lo mejor posible en todos los sentidos, tanto con mis amigos, con mis amistades, con mi familia, con mis hijos, con mi esposa, con mis nietos, con las personas como Ud. que siempre está junto a nosotros, junto a la Compañía. En fin, trato  de todo hacerlo todo lo mejor posible en mi vida personal y artística.
UNA OBRA EN SÍNTESIS
Eduardo Rivero Walker fue distinguido en 2001 con el Premio Nacional de Danza 2001, el más alto galardón que un bailarín en su especialidad, puede recibir en Cuba.
Rivero Walker es fundador de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea y de la Compañía Teatro de la Danza del Caribe, que dirige en Santiago de Cuba.
Como bailarín solista conquistó los más entusiastas elogios del público y la crítica. La mítica imagen del Ogún de Eduardo Rivero fue llevada al cine. Era su personaje en la Suite Yoruba, de Ramiro Guerra, que en 1962 José Massip convirtió en el documental Historia de un ballet.
Medea y los negreros”, “Chacona”, “Ceremonial de la danza” y “Orfeo Antillano”, aparecen en su bregar como bailarín.
Desde 1970 emprende el camino en solitario en la creación y deslumbra a la crítica con su obra inicial: Okantomí, luego serían Sulkary, Otansí, Tanagras, Omnira y Zarabanda...
Por su larga trayectoria sobre las tablas, Eduardo ha sido reconocido con la Distinción Raúl Gómez García y la Distinción Por la Cultura Nacional, y es considerado como uno de los paradigmas de la danza moderna en Cuba, sin dejar al margen su trabajo pedagógico, mediante el cual trasmite experiencia y conocimiento, tanto en Cuba como en el extranjero.  
Y aunque nació en La Habana y comenzó allí en el mundo del arte y la danza, Rivero Walker reside en Santiago de Cuba desde 1988, ciudad sur oriental de Cuba, caracterizada por la profusión de músicos, cantores y bailarines.
Eduardo fundó en 1988 la Compañía Teatro de la Danza del Caribe en Santiago de Cuba, una agrupación que inmediatamente escaló sitios cimeros en la urbe oriental, en Cuba y en escenarios internacionales, con coreografías de su director y una labor musical y danzaria excepcionales, con ejemplos evidentes en obras como Balada de los dos abuelos, Tributo, Trío, Lambarena...

Llegar a los 75 años trabajando como Ud. lo hace ¿ha constituido un sacrificio?
“En absoluto. Al contrario: me ha ayudado muchísimo, porque yo hago coreografías, imparto clases, y ya yo no bailo para el público pero me muevo para los bailarines; tengo que demostrar para los bailarines, sobre todo no solo aquí con los bailarines nuestros que me conocen y saben que cuando muevo un dedo o una mano conocen lo que yo quiero decir sino cuando voy a otros países, por ejemplo acabo de ir a Jamaica y a Belice, y allí tuve que demostrar las clases... impartir clases pero demostrarlas. O sea, estoy activo... me siento muy bien físicamente.”
El tema de la velada en la sala principal del “Heredia”, sin querer deja a un lado el homenaje personal que  Rivero Walker parece olvidar por completo, para hablar entonces de lo que más él conoce:   de la danza:
“Realmente, fue apoteósico. La velada quedó muy buena. Se hizo Destellos, Súlkary y después del intermedio, Lambarena. No hubo una caída, un resbalón, bache alguno con el vestuario. Todo funcionó brillantemente, y el público respondió calurosamente. Los bailarines dieron todo lo que de ellos se esperaba. En verdad, los muchachos se crecieron. Y para mí, que veo el espectáculo integralmente, resultó de mucha satisfacción, porque observé que ellos se sintieron realizados.”
La tarde del domingo, entonces hicieron, además de Súlkary y Lambarena, Suite de Blue y Barjalá.Un espectáculo de primerísimo nivel.     
“El lunes nos vamos a Villa Clara a trabajar con la Compañía Danza del Alma, que nos invitó para bailar tres días en Santa Clara. Luego regresamos, estamos unos días acá, y dos bailarines y uno de los músicos que fueron conmigo a Jamaica y a Belice (Deuris Cisneros Marsal, Delvis Saviñas Friñón y Edisnel Rodríguez González), los cuatro vamos nuevamente a Jamaica, a remontar Súlkary. Además, ellos van a impartir clases y a montar el cuarteto Siempre corriendo, de Ramón Ramos, que tuvo allá un gran impacto. La crítica habló muy bien de ellos y también la radio, la prensa, la televisión... Ramón lo montó aquí y allá lo bailaron los muchachos. Ellos hicieron un dúo de lo que es un cuarteto, entonces la Compañía jamaicana nos invitó para que estos dos muchachos fueran y se lo montaran a otros dos muchachos de allá y se hiciera el cuarteto, para entonces ir en julio-agosto a la celebración del aniversario 50 de la Compañía Nacional de Danza de Jamaica, cuando se pondrá en escena Súlkary, Siempre corriendo.
Ni un instante Eduardo ha dejado el cuadro del homenaje, que además del texto muestra en el diseño una composición gráfica en la que aparece el joven bailarín Rivero en dos momentos estelares de su carrera.
“Me gusta esta composición –y señala las gráficas— del Dúo a Lam que yo lo bailé con esta muchacha, Silvia Myrle, aunque lo coreografié primeramente para Luz María Collazo y yo, pero bueno se ve la cara mía, el cuerpo mío; y la cara y el cuerpo de El Ogún que yo hago en Suite Yoruba, que se filmó por el ICAIC para Historia de un ballet. Esa composición es muy interesante y me gusta mucho. Me lo entregó Tenchi (Hortensia Ortiz, presidenta del Consejo Provincial de las Artes Escénicas). Es muy bonito, en verdad.”
En qué estado se encuentra Teatro de la Danza del Caribe, teniendo en cuenta que Ud. es un director que constantemente está renovando la agrupación.
La Compañía ahora está en un momento brillante. Y por qué te digo esto: No solamente por el trabajo que se ha ido realizando, en el que han permanecido las obras clásicas de la danza moderna nuestra sino por otras obras como Destellos, Súlkary, Okantomí, que se está terminando de perfilar; Lambarena... Vaya, todas las obras de la Compañía están ya recoreografiadas con este elenco joven y ponen mucha fuerza en lo que ellos hacen.
“Son jóvenes y tienen la frescura de la juventud, y tienen toda esa inmadurez en todos los sentidos, propia de la edad. Pero cuando  bailan para el público, realmente lo conquistan. Yo estoy muy contento con el colectivo, muy contento. No lo digo realmente por quedar bien con Ud. ni con la prensa ni con el público sino por lo que siento cuando los veo ejecutar las obras.”
Si son tan buenos como Ud. dice entonces se le facilitará el trabajo ¿no?
“No es fácil mantener la disciplina de la gente, de esta generación joven. Y yo soy solo. No tengo una gente que me acompañe, que me apoye, como estaban antes Yamilia y otros. Ahora todo el mundo está retirado y yo he montado este programa solo; y he remontado el trabajo de la Compañía solo. Cuando yo salgo de viaje, los que se quedan aquí que son Bárbara y otros compañeros, ellos hacen su trabajo, muy bueno, imparten clases, ‘limpian’ otras coreografías, que es muy bueno porque siempre es conveniente que el grupo tenga un diapasón de obras de distintos coreógrafos, pero mis obras no se ‘trabajan’; las trabajo yo. O sea que ha sido una labor muy fuerte y muy consagrada la que yo hago con el colectivo. Y fue corto el tiempo: Llegué de Belice y me puse a trabajar inmediatamente. Yo llegué el 7 de noviembre y estuve solo unos días descansando, porque vine muy cansado de allá, y empecé a trabajar para esta temporada, para tener listo el programa para este 17 de diciembre y para las funciones en Santa Clara. Pero estoy muy contento porque todo el repertorio está remontado, en verdad con mucha fuerza, con mucho entusiasmo.


“Tengo tres alumnos de la escuela (escuela de danza, dirigida por Marieta Mesa dentro de la Escuela Vocacional de Arte de Santiago de Cuba): un muchacho del segundo año, que es muy bueno y promete. Le dicen un apodo... no me acuerdo de su nombre, le dicen Pindo. Un muchacho muy buen. Él trabajó ahora con nosotros y se aprendió en un ‘santiamén’ lo que tenía que hacer para Lambarena; está haciendo Súlkary, también, aunque todavía no lo ha bailado para el público pero se lo está aprendiendo, y dos muchachas del último año de la escuela, que están próximas a graduarse. Y estos tres muchachos de la escuela, ya  trabajaron esta noche en Lambarena. Hay una relación muy estrecha entre la escuela y la Compañía; un trabajo muy bueno de siempre. Estoy muy contento: la Compañía está viva y tenemos proposiciones muy interesantes para el año próximo que esperamos realizar, para otros países y en Cuba. Yo pienso montar una obra nueva, con música muy nueva que traje de un viaje...”
¿Será una superproducción como Lambarena?
No, no, no creo. Trabajaré con bastante bailarines pero no como Lambarena, en la que el vestuario es otra cosa. A mí me gusta trabajar con los cuerpos de los bailarines, pero bueno, tenía en mente hacía muchos años hacer algo grande, y lo fui perfilando poco a poco hasta que por fin lo pude concretar. Fíjate si es difícil, que yo estrené Lambarena el año pasado, en septiembre, y lo vine a remontar ahora en este año en diciembre: un año y meses después.”
Apenas hemos hablado del homenaje, de cómo se sintió...
“Muy lindo todo. Lo agradezco. Los muchachos bailaron así...
Pero ¿qué representó para Ud. ese reconocimiento por sus 75 años?
“Es como empezar el trabajo nuevamente. Para eso tengo mucho ánimo y muchos deseos de hacer cosas. Además, soy joven aún ¿no?”

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