viernes, 11 de noviembre de 2011

CONVERSACIÓN CON EL BAILAOR MAYOR

 M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacon

“Antonio, nos conmueve regresar a este lugar que compartes con los que dieron sus vidas por las nobles causas que impulsaron la Revolución cubana. Sabemos que te sientes honradísimo.”
Eugenia Eiriz, la viuda de Gades, habló convencida de que Antonio la escuchaba. Lo hizo apaciblemente, a pocos metros de la tumba donde descansan las cenizas del Bailaor Mayor, junto a las lomas de Mícara, en el Mausoleo del Segundo Frente.
“Ayer hablábamos de lo hermoso que es este lugar que se te ha reservado. A ti, a quien dolía casi físicamente la injusticia, la guerra, el hambre y la falta de libertad, cómo iban a serte ajenas si las habías sufrido cuando niño.
“Nos cuentan que eres el único de quienes descansan aquí, no combatiente. No combatiente con las armas, porque con tu arte y con tu vida has combatido todo lo que has podido y más. Por eso estás aquí.
“A nosotros, haber vuelto a esta tierra, el ver este lugar de honor que compartes con los héroes del II Frente Oriental, nos recuerda la gran responsabilidad que en cada uno de nosotros dejaste encomendada.
“Toda tu vida has sido muy claro, muy valiente, era precisamente uno de tus grandes atractivos.
“Dijiste en el discurso que pronunciaste con motivo de la entrega de la Orden José Martí, que Cuba en tu vida no había sido una ilusión romántica, de juventud, una utopía; era el puerto de tu vida.
“Apoyabas y defendías esta Revolución hasta las últimas consecuencias. Hasta subirte a tu velero, el Luar 040, cuando la muerte rondaba ya muy cerca, y enfrentarte a 35 días con sus noches negras en medio del Océano, de las olas y de las tormentas; allí donde el hombre se encuentra solo en la inmensidad solo ante su realidad, para dar con esa travesía, un último grito de amor a la vida, sí, pero también a Cuba, al puerto de tu vida. Ese sí fue un viaje duro.
“Quién puede decir de tu amor por esta tierra y su Revolución que no eran auténticos... Hubieses vivido muy bien y ser feliz en cualquier lugar del mundo. Tú que viajaste por todas partes con los ojos y la mente abiertos, decidiste que era Cuba y su Revolución quienes plasmaban los ideales que defendiste.
“Tus amigos, tu Compañía, tu familia venimos aquí cuando se cumplen 75 años de tu nacimiento, a enseñar en la tierra que elegiste como lugar eterno de reposo, que lo que creaste sigue vivo y en sangre nueva, trasmitiendo tu mensaje de amor inmenso al ser humano.
“Antonio, los que estamos aquí, todos los que estamos aquí, te estamos agradecidos por la genialidad que compartiste con nosotros, y lo importante que has sido en nuestras vidas. Eso siempre será así.”

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