domingo, 9 de agosto de 2015

Nunca se vio en Cuba un espectáculo así de fuegos artificiales



En Santiago de Cuba gesto de 
solidaridad hecho luz de colores  

Texto y fotos: M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón

Santiago de Cuba, agosto 9.- Solo minutos después del espectáculo de fuegos artificiales “Fascinación 500”, que en la medianoche del 24 de julio dio la bienvenida al 25 y al aniversario 500 de la fundación de las otrora villa, aún en medio del ir y venir en el malecón santiaguero, la población comenzó a emitir sus criterios sobre el festejo pirotécnico:  
“Son los chinos”, “Son japoneses”, “Son de Remedios”. Ni una cosa ni la otra: “Fascinación” fue el regalo que un amigo de Cuba quiso hacerle a la heroica ciudad de Santiago de Cuba en el medio milenio de la villa que le dio lugar.
Y desde un punto elevado del reparto Vista Hermosa, subida en lo más alto de su hogar, Celia estaba maravillada por lo que veían  sus ojos  a lo lejos, en medio de la bahía. Ella había visto muchos fuegos artificiales en su vida, pero lo de esa noche no tenía comparación: “Parecía que venían para acá o que salían del mar.  ¡Qué cosa más bella!”.
Admiración, asombro, y un agradecimiento generalizado han sido las reacciones más naturales de los santiagueros ante espectáculo tan hermoso. Por cierto, lo más aplaudido entre todo lo ocurrido en el entorno de la Alameda, incluida la bahía.   
Y por cierto: el amigo solidario estuvo aquí cuando la fiesta, vio el espectáculo, recorrió la ciudad, fue homenajeado por su solidaridad manifiesta hacia los cubanos, y dicen que se marchó encantado por la hospitalidad proverbial de los santiagueros. 
Berto Savina es el presidente de la firma ITALSAV, radicada en Cuba desde 1992. De él fue la idea de hacerle este regalo tan esplendoroso a la Cuna de la Revolución Cubana. Contrató los trabajos de una brigada canadiense especializada en pirotecnia y así completó la aventura.
Los canadienses llegaron vía aérea por Holguín, donde fueron recibidos por los santiagueros quienes los trasladaron hasta aquí. Al puerto del Mariel arribaron dos contenedores con lo necesario para el espectáculo, traídos por la naviera Melfi, y en una operación muy cuidadosa y organizada hasta el último detalle para total seguridad, fueron conducidos a Santiago de Cuba por carretera. Cada provincia garantizó su tramo, según explicó Luis E. Ibáñez, que estuvo en la maniobra  por Santiago de Cuba.
Un equipo cubano, encabezado por el Dr. Vicente González diseñó el espectáculo general, y los especialistas canadienses se encargaron del segmento pirotécnico, de montarlo en sitios de Navegación Caribe, después colocarlo en tres embarcaciones, dejaron listo el dispositivo tecnológico de punta, para ser dirigido por computadora. La noche del 24 de julio, en tierra se completaba la velada artística.
Por ende, lo ocurrido en el flamante malecón de la Alameda y en su entorno de la bahía, fue una mezcla de música, luz y color, con el brindis popular con ron Santiago por la efeméride, las palabras del presidente de la Asamblea Municipal (Alcalde), y el performance Se rompió el corojo, de tres horas y 30 minutos de duración, que incluyó los fuegos artificiales a las 12 de la noche, todo con guión y dirección de José Ángel Mena Limonta, secundado por un equipo de realización: Eliades Quesada, Fara Mena, Elio Miralles y Alcides González, además de productores, maquillistas, vestuaristas, efectos sonoros, asesores, y el talento artístico: compañías Ojos Teatro, Fusión XY y Modas y Variedades Fara Mena; el guitarrista concertista Aquiles Jorge, el violinista José Ernesto González Ulloa, la banda Parasomnia, la conga El Guayabito, atletas de gimnasia y gimnástica de la Dirección de Deportes, y la conducción de Gerardo Houdayer.


Los fuegos simplemente deslumbraron. No conseguimos referencia alguna sobre algo similar en Cuba. La cadencia fue portentosa: en 22 minutos se hicieron alrededor de 5 500 tiros de fuegos artificiales.
El espectáculo se llamó Fascinación 500 y en verdad fascinó a los santiagueros; pero Berto también se fue fascinado por Santiago de Cuba y por su pueblo, que por medio de las autoridades le agradeció su gesto solidario, no solo en relación con los artificios pirotécnicos sino por los elementos que donó al engalanamiento de la urbe y un parque infantil de plástico para la sala de oncología del Hospital Pediátrico Sur Dr. Antonio María Béguez César.
Cercana a la 01:00 horas del 25 de Julio, cuando el pueblo alegre y satisfecho enrumbó en una conga hacia el área del desfile del Carnaval, en el muelle Romero, de Navegación Caribe, hubo un brindis especial entre canadienses, cubanos, italianos, intérpretes de la Universidad de Oriente, y hasta Frank Fernández se unió a la celebración por el éxito de “Fascinación”. ¿Qué queda? Ojalá se establezca la tradición de hacer en el Malecón santiaguero, fiesta tan luminoso cada julio, esperando el Día de Santiago Apóstol.

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