viernes, 21 de febrero de 2014

Para los Instructores de Arte en Santiago de Cuba



Altruismo del Instructor de Arte en Cuba

M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón

Santiago de Cuba, febrero 21.- El pasado 18 de febrero, un aniversario más del nacimiento de Olga Alonso, se festejó a lo largo y ancho del país el Día del Instructor de Arte, para estimular el trabajo de quienes no reparan en condiciones ni distancias para cumplir su misión principal: llevar cultura y arte a barrios de cualquier ciudad o hasta los parajes más remotos de la campiña, además de guiar allí las inclinaciones artísticas de mujeres, hombres, niñas y niños, hasta convertirlas en armas para el combate ideológico.
En el ámbito santiaguero, son incontables los ejemplos del altruismo de los instructores; de su labor creativa; de la consagración   que promueve las buenas cualidades del ser humano.
Cuando se es capaz, de montar una obra de teatro en con el concurso de los vecinos en Tumbasiete, en medio de los cafetos del Segundo Frente; organizar un grupo musical en La Uvita, entre el mar y la montaña en el litoral de Guamá; promover una exposición de dibujos infantiles en Filé o Comecará, en el municipio de Tercer Frente, la población de esos lugares crece en bienestar espiritual que para muchos es la mejor de todas las fortunas.
Lamento que el espacio sea tan escaso. Esto me impide relacionar las generales de cada instructor y de su labor, pero ellas y ellos, en cualquier sitio de la geografía de Santiago de Cuba en que se encuentren, interpretarán que en estas líneas va implícito el reconocimiento a esa labor tan importante que realizan.  
Por la visión del Comandante en Jefe Fidel Castro, los pasos iniciales para formar a instructores de arte se remontan a 1961. Y una reflexión breve permite determinar, que fue en el campo artístico donde se formó el embrión del Plan Turquino, porque la idea de Fidel al crear la Escuela de Instructores a solo dos años del triunfo del 1ro. de Enero de 1959, fue equiparar también en el ámbito del arte, las condiciones del campo con la ciudad. Y nadie mejor para llevar adelante ese principio que los jóvenes instructores, quienes como Olga Alonso marcharon sin dilación hacia los sitios más difíciles. En cumplimiento de ese llamamiento fue que la Alonso, en un lamentable accidente del tránsito, encontró la muerte. Por eso la fecha de su natalicio: 18 de febrero, fue instaurado como Día del Instructor.
El año 2013 apenas difiere de lo hecho precedentemente. Con lo humanamente a mano, los instructores han promovido el arte en localidades de los municipios de la provincia. Son ellos quienes organizan, programan y ejecutan actividades como las que hoy, en la Cooperativa Barrio Alejo, en Palma Soriano, desarrollarán el grupo de danza Voltaje Juvenil, las solistas Yulia Tamayo y Luis Quesada, y la narradora oral Jennifer Fernández.
Mucho les debe a los instructores, el movimiento de aficionados al arte en La Poza, Filé, Cruce de los Baños, Comecará, Matías… en el Tercer Frente, y el programa de la Casa de Cultura Juan López Rizo, en el municipio de Songo-La Maya, por solo citar ejemplos de ese empeño supremo por hacer de Cuba la nación más culta del mundo. Y para eso luchan, en cada sitio, por preservar la identidad cultural y al mismo tiempo transformar el entorno sociocultural al fusionar la creación artística, el mejoramiento humano y el sentimiento patriótico.
En Santiago de Cuba, en sus zonas urbanas y también en las rurales, avanzan el arte y la cultura gracias, en buena medida, a la presencia altruista de instructores y promotores, protagonistas de esa tarea hermosa en el corazón de cada comunidad.  

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