Final de excelencia el
del
Concierto Santiago en la Sala Dolores
Texto y foto: M.Sc.
Miguel A. Gaínza Chacón

Sobre el escenario de la “Dolores”, la Orquesta Sinfónica de
Oriente, el Orfeón Santiago, el coro Madrigalista, y los invitados: el director,
el maestro Guido López Gavilán, y el violinista Javier Cantillo Laffita,
simplemente conquistaron al público.
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Javier Cantillo Laffita |
En tres ocasiones los asistentes se pusieron de pie y ovacionaron
largamente a los artistas, primero, por la obertura Los maestros cantores de
Nuremberg, de R. Wagner; luego, por el concierto para violín y orquesta, de
P.I. Tchaikovski, y a modo de cierre, por Cantos de orisha, del propio López
Gavilán.
En la obra de Tchaikovski, Cantillo Laffita derrochó
virtuosismo con el violín y corroboró mediante este, cuán acertado estuvo el
maestro Daniel Guzmán Loyzaga, cuando en la etapa docente de Javier, en
Santiago de Cuba, auguraba al alumno un futuro de éxitos.
Hoy, para Cantlllo apenas quedan secretos en el violín, pues
desde los 7 años, la Escuela Vocacional de Arte José María Heredia, abrazó al más sublime de los instrumentos
musicales, bajo la tutela del profesor Rafael Pérez, a quien siguió Marieta
Perdigón Milá y Héctor L. Barrientos.
Javier llegó en 2007 al Conservatorio Esteban Salas, donde
recibió clases magistrales de importantes profesores: Barrientos, Evelio
Tieles, Alfredo Muñoz e Iván Pérez, de Venezuela.

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López Gavilán saluda a Electo Silva |
Así, desde 2008 hasta 2011, Javier fue concertino de las
orquestas Sinfónica y de Cámara del “Esteban Salas, labor que combinó con la de
solista invitado con Zenaida Castro Romeu y su orquesta, en la Sala Dolore, y en
el Concierto Santiago de 2011, cuando interpretó Lista de Schindler, con la
Sinfónica Juvenil del “Esteban Salas”, bajo la batuta de Guzmán Loizaga.
Ahora, el joven violinista cursa el primer año en el
Instituto Superior de Arte (ISA, en La Habana, y para no perder el ritmo
vertiginoso de su formación, el pasado mes de marzo, en el concurso Musicalia
del ISA, ganó el Gran Premio; hace poco tocó como solista con la Orquesta Sinfónica de la provincia de Camagüey;
integra la Orquesta Sinfónica del Mozarteum y forma parte de la Orquesta de
Cámara Música Eterna, dirigida por Guido López Gavilán.

El maestro Guido López Gavilán es un amante de Santiago de
Cuba. Así lo ha expresado. Y bajo su dirección, la Sinfónica de Oriente (OSO)
reiteró que está en un momento estelar en su más de medio siglo de existencia.
En una combinación de juventud y experiencia, la agrupación
cerró la velada junto a las voces del Orfeón Santiago y el Coro Madrigalista,
con Cantos de Orisha, una pieza que impacto por la formidable ejecución y el
poder creativo de su autor, el maestro López Gavilán.
Fue un cierre de lujo para un evento de lujo. Y en la
primera fila de la “Dolores”, absorto en la música que llegaba desde el
escenario, el maestro Electo Silva, Premio Nacional de Música, recordaba el año
1978, cuando por su iniciativa y el entusiasmo de quienes lo siguieron, nació para siempre Concierto Santiago.
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