Por 30 años conservan “tesoro” entre
lomas del santiaguero Segundo Frente
M.Sc. Miguel
A. Gaínza Chacón
Fotos: Daniel
Idalberto Calvet Pérez
Santiago de Cuba,
octubre 31.- A lo
largo de 30 años y hasta el presente, en el poblado de Mayarí Arriba, en el
municipio de Segundo Frente, han
conservado con celo en el valle bordeado de montañas, un “tesoro” de
inapreciable valor: la Biblioteca Enma Rosa Chuy, sitio al que se va en
silencio, con la seguridad de que uno se apropiará de los conocimientos más
universales.
Mayarí Arriba, a unos 60 kilómetros en el noreste de
Santiago de Cuba, tiene en su entrada un entorno natural precioso, con
pastizales enormes --vaquerías
incluidas-- que llegan hasta las lomas cercanas.
Como parte del poblado --el más importante del municipio
Segundo Frente-- hay construcciones de diseños bellos, que saludan al visitante: el motel Rancho Méjico o El
Sombrero como le dicen por la configuración de la cubierta de su restaurante;
la Casa de Abuelos; un poco más abajo, la sede de la Asociación de Combatientes
de la Revolución Cubana, y en el centro de la localidad, esculturas “marineras” que embellecen el
lugar.
Del Mayarí Arriba al triunfar la Revolución apenas quedan
vestigios. El más relevante: el círculo infantil (guardería), frente al campo
deportivo, en la casa que donara el matrimonio Cruz Clavel y Minga Aguilar, para
ubicar allí esa institución donde se cuida a los niños de madres trabajadoras.
Pero hay otra edificación que también es orgullo de los
mayariceros, no solo por su diseño moderno y atractivo, sino por el rol que
desempeña en la promoción y consolidación de la cultura: la Biblioteca, inaugurada
el 10 de diciembre de 1985, como parte de un programa llevado adelante por el Gobierno
Revolucionario, para dotar a los municipios cubanos de al menos 10
instituciones básicas culturales.
Cuando restan solo semanas para el aniversario 30 de la “Enma
Rosa Chuy”, los integrantes de su colectivo tienen la satisfacción de ser
continuadores de una labor que durante
décadas ha permitido al centro organizar, mantener, actualizar y
conservar la documentación y los libros, y ponerlos a disposición de los usuarios.
Poder consultar lo que el conocimiento humano ha acumulado,
y que se atesora en las bibliotecas, es el regocijo mayor para cualquiera; en
el caso de los estudiantes, habituarse a ir a este lugar especial les abre un
mundo de posibilidades.
Idalmis Paz Chacón, la directora, está consciente de la
importancia de la institución bibliotecaria, tarea que asumió en 2009.
“En Mayarí, el antecedente de nuestro centro hay que
localizarlo en una pequeña colección de libros que existía en la sede del
Comité Municipal del Partido Comunista de Cuba (PCC), pero en 1985 se terminó
este edificio que ocupamos hoy, para sede la Biblioteca Municipal. Aquí
laboramos 13 técnicos; dos en informática y el resto en información y
bibliotecología. Están, además, los trabajadores de servicio. Somos 18 en
total.”
En la unidad asumen 35 modalidades de extensión en los
consejos populares del municipio. Suman, entonces, 26 mini bibliotecas, una
sala de lectura, en el barrio rural de Sabanilla; dos buroes de préstamos: uno
en la Casa de Abuelos y otro en el Hogar Materno, ambos en Mayarí Arriba, y
otros servicios afines, en la Sala de TV, en el lejano y montañoso Tío Felipe,
y en la Sala de Video, en el barrio de Soledad.
“Nuestro objetivo básico es prestar este servicio para
satisfacer las necesidades de la población, y al mismo tiempo promocionar la
lectura”, afirma Idalmis, quien agrega:
“Nuestra biblioteca es una de las siete que existen en Cuba,
donde se ha implementado el proyecto de la UNICEF Por un mundo de derecho, por eso recibimos un módulo de TV, DVD,
equipos de música, computadoras, escaner, y un fondo bibliográfico,
fundamentalmente para el segmento infantil de los usuarios.”
De lunes a viernes, de 08:00 horas a las 18:00 horas, y los
sábados, de 08:00 horas a las 16:00 horas presta servicio la unidad en Mayarí
Arriba, y mensualmente, se realizan también acciones de superación del personal
técnico, mediante seminarios, talleres… sin desatender, tampoco, las tareas que
la sección sindical lleva adelante, de manos de Niurka Colunga, la secretaria
general.
El colectivo pone mucho empeño en el proyecto Camino a la Sabiduría, que promueve el
hábito de la lectura en comunidades, barrios, y parajes intrincados hasta donde
llega la influencia de la “Enma Rosa Chuy”.
Mientras lo anterior acontece en lo más intrincado del
monte, en el poblado de Mayarí Arriba funcionan establemente las salas
Infantil-Juvenil, la Sala General, y la Sala de Lectura (con extensión en Sabanilla), además de la sala de
navegación, que posee 10 computadoras.
El de Mayarí es un trabajo más sencillo. Pero cuando es loma
arriba hacia lo último de las montañas, los de la biblioteca echan mano a lo
que aparece: burro, mulo, caballo, camión, carreta… Pero llevan los libros y
sus acciones culturales hasta sitios inimaginados.
“De forma general estamos trabajando, para que cada día el
servicio sea mejor. Hay satisfacción en la población porque lo dicen las
encuestas. Pero ni así estamos conformes: queremos ser la mejor biblioteca
municipal del Plan Turquino en Cuba”, sentenció Idalmis.
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