domingo, 5 de junio de 2016

La Masonería activa en Cuba y especialmente en Santiago de Cuba



Será consagrada Logia Masónica
Los Maceos en Santiago de Cuba 
a 84 años de  organizada la última 

M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón

Santiago de Cuba, junio 5.- La Logia Masónica Los Maceos será consagrada el venidero 14 de junio en esta ciudad, en honor a la venerable familia de patriotas cubanos del siglo XIX.
Desde hace 84 años, en esta urbe sur oriental de Cuba no se constituía una nueva Logia.
El acto de consagración se va a efectuar a las 09:00 horas, en la calle 3ra., entre D y E, en el reparto Sueño, en el Templo que pertenece a la Respetable y Meritísima Logia L’Oasis.
La fecha escogida para la ofrenda de la nueva organización masónica, coincidirá con la del natalicio de Antonio de la Caridad Maceo Grajales, el Titán de Bronce, el 14 de junio pero de 1845, en la entonces conocida como calle Providencia, en esta ciudad.
Dos directivos de la Logia Masónica Los Maceo: Adolfo Armando Bermúdez Jacas, Venerable Maestro (presidente), y Mario Kindelán Baró, orador,  recordaron que la masonería cubana comenzó por Santiago de Cuba.
El argumento precedente es corroborado en investigaciones del Dr. Eduardo Torres-Cuevas, quien encuentra la primera referencia sobre el tema en el libro Historia de la Francmasonería”, del historiador alemán Joseph Gabriel Findel, entre 1751 y 1754. 
Menciona a la Gran Logia de Inglaterra, la posterior ocupación inglesa de La Habana, pero asegura que esa masonería no llegó a fundar instituciones en Cuba.
Apunta, que luego de la Revolución en Haití a finales del siglo XVIII y principios del XIX, numerosos franceses residentes en La Española, se trasladan a Cuba y con ellos llegaron las primeras logias masónicas que funcionaron en la mayor de las Antllas. Y agrega:
“Esos talleres fueron La Persévérance, La Concorde, L'Amitié y La Bénefique Concorde. El establecimiento de estos puede precisarse en el año 1798. Las dos primeras se establecieron en Santiago de Cuba y las dos últimas en la ciudad de La Habana.”
Entre 1830 y 1857 no hubo en Cuba ningún cuerpo masónico regular o irregular establecido.
Dice que en 1862, la masonería cubana quedó dividida al crearse una nueva institución, el Gran Oriente de Cuba y las Antillas (GOCA); que en su origen tuvo un carácter esencialmente patriótico, ético y de reforma social, donde se gestó la Revolución Cubana de octubre de 1868. 
Explica que su creador fue el médico y distinguido intelectual Vicente Antonio de Castro y Bermúdez, y que los patriotas cubanos pertenecían al GOCA; que el propio 10 de octubre de 1868, inicio de la Guerra de Independencia, el GOCA fue disuelto en La Habana, mientras en Santiago de Cuba los voluntarios españoles, no conformes, los días 13, 14 y 15 de febrero de 1870 asesinaron a José Andrés Puente Badell, Gran Maestro de la Logia d Colón; Esteban Miniet, Gran Tesorero, y a otras prominentes personalidades.
“A pesar de las difíciles circunstancias por las que atravesaba la masonería durante la primera guerra de independencia cubana (1868-1878), se inició un proceso de restauración.”
En 1932 se consagra la Logia Libertad, en los altos de una panadería, en la Avenida Victoriano Garzón, y ahora, 84 años después, se establecerá en el reparto Sueño la Logia Masónica Los Maceos, actividad a la que asistirán “hermanos masónicos” de toda Cuba, encabezados por el Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba AL y AM, ubicada en Carlos III y Belascoaín, en La Habana.
Un extracto de los argumentos de  la propia Gran Logia de Cuba AL y AM, en la red de redes, añade, además, que la masonería no es una organización política; tampoco es una secta religiosa; que los masones se reúnen y trabajan regularmente; que es innegable la influencia social que ha tenido esta asociación fraternal en la historia moderna; que en Cuba la masonería también cuenta con un pasado ilustre, indisolublemente ligado a la formación misma de la nacionalidad y que en sus filas militaron los hombres que luego lucharon por la independencia del país…
El artículo primero, inciso I de la Constitución Masónica Cubana declara que "La masonería es la institución orgánica de la moralidad", la moral entendida como el respeto a sí mismo y a la sociedad en la que se asienta, y este criterio representa la aspiración a un estilo de vida por el que deben distinguirse los masones, no sólo dentro de la fraternidad, sino también en cualquier medio donde se encuentre...".

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