Adiós a Minín Flores,
una voz
genuinamente cubana,
genuinamente santiaguera
M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Minín Flores |
Santiago de Cuba,
noviembre 15.- En
la programación artística de los más
diversos centros fabriles o educacionales de esta ciudad, y muy especialmente
la de aquellos fabulosos espectáculos en clubes y cabarets de la urbe, siempre
aparecía el nombre de una cantante: Minín Flores.
De hecho, lo precedente fue de entre las primeras cosas que
hice como periodista en mis inicios en “Sierra Maestra”; por eso conocí
personalmente a Minín, y departí con ella en incontables ocasiones.
Un rasgo la distinguía: la manera tan cortés de dirigirse a
las personas, tuviesen o no relación con la actividad artística.
Hace apenas una semana, el amigo Lorenzo Jardines avezado en
la Casa de las Tradiciones, en la Casa del Caribe y en mil proyectos culturales
de la ciudad me habló de la muerte de Minín y de la necesidad de ponderar su
figura. Algo loable porque esta intérprete por derecho propio se había ganado
el derecho a cuantos reconocimientos se pudieran hacer.
Luego fue el Lic. Vladimir Martínez Savón el interesado en
destacar las virtudes personales y artísticas de Minín, y al respecto escribió
estas líneas que siguen y que constituyen un homenaje modesto a Minín Flores,
voz y figura inolvidables de la escena santiaguera.
Vladimir escribió así este reconocimiento, al que nos
sumamos pues resumen en pocas a una personalidad inolvidable de Santiago de
Cuba:
“Próxima a cumplir sus 80 años, nos da el eterno adiós –en
la noche del pasado 7 de noviembre de 2014-, la artista genuinamente
santiaguera Minín Flores.
“Minín desde joven comienza a llenar con su voz cada espacio
de la noche santiaguera de la década del 50 del pasado siglo, convirtiéndose en
una de las cantantes angulares del espectáculo.
“Junto a Esperanza Ibis, Ana Potrié, Mirtah Arencibia y
otras divas santiagueras dieron realce y prestigiaron la escena de clubes y
cabarets, destacándose Minín por su humildad, compañerismo y disciplina.
“El público que la siguió durante años -más de 60- la
reconoció por sus refinados modales, muestra de una adecuada educación
familiar. La elegancia en el vestir, fue otro de sus atributos distintivos y la
entrega sin medida a su arte.
“Sin escatimar sacrificios se sumó al proceso revolucionario
y cada rincón de Cuba escuchó su voz, fábricas, cañaverales, centros de
trabajos y hospitales, fueron los lugares donde el obrero cubano se permeó con
la legitimidad de la cultura cubana a través de su voz. Su arte quedó plasmado
también en el séptimo arte cuando su rostro aparece en el filme El joven rebelde.
“Los amantes del espectáculo y de la auténtica forma de
interpretar la canción cubana y santiaguera siempre nos sentiremos orgullosos
de haberla tenido entre nosotros, y siempre en cada bolero, en cada tango
estará el eco de la delicada voz de esta inigualable cubana que fue Minín
Flores.”
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