UN MAESTRO
CON LA FOTOGRAFÍA
EN LA
MEMORIA
Texto y
fotos: M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Santiago de Cuba, mayo
26.- A Ernesto
Fernández Nogueras, Premio Nacional de Artes Plásticas 2011, lo encontramos ayer,
a media mañana, mientras paseaba por la Calle Heredia. Es un hombre de suerte:
entró en “La Escalera” y entre tantos libros y cosas viejos descubrió que uno
de los textos hace referencia a sus fotos… las fotos de un maestro del lente.
Suerte la de este hombre: en 1960 una discusión lo detuvo
exactamente los minutos que le salvaron la vida.
El Premio Bacional de Artes Plásticas 2011, otorgado por el ministerio de
Cultura y el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, lo recibió Fernández
Nogueras como reconocimiento “a la calidad de su obra, que conjuga la
experiencia estética y los valores testimoniales” y es el segundo maestro del
lente que lo acoge, pues anteriormente, en 1996, fue a manos de Raúl Corrales
Fornos.
Ernesto nació el 11 de noviembre de 1939 en la bulliciosa Habana, y ya a los 13 años se sumerge en el estudio de la fotografía, de la mano de los fotógrafos Carlos Fernández, Generoso Funcasta, Raúl Vales y José Agraz, hasta 1958; años después redondea su formación profesional de 1975 a 1979, con la Licenciatura en Periodismo, en la Universidad de La Habana. Además, es miembro de la Organización Internacional de Periodismo (OIP) y de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).
Una retrospectiva sintetizada muestra a Ernesto como ayudante de dibujante en la Revista Carteles, de 1952 a 1956; luminotécnico y escenógrafo en la habanera Sala Teatro Prometeo; Diseñador, dibujante y fotógrafo en “Carteles” hasta 1958; fotógrafo del periódico Revolución, hasta 1964; corresponsal de guerra en Venezuela, en 1959, durante la invasión de Castro León; es miembro fundador de la UNEAC, en 1961; corresponsal de guerra en Playa Girón y en la Crisis de Octubre, de 1961 a 1962; corresponsal de guerra en la Lucha Contra Bandidos y Lucha Contra Piratas, de 1963 a 1965, para las revistas Mella y Cuba…
Hasta 1968 labora como fotógrafo en Casa de las Américas, y
de 1975 a 1981 es Jefe de Información de ”Cuba Internacional”; de 1981 a 1983
está en Angola como corresponsal de Guerra, luego en Nicaragua como asesor de
Telcor y después corresponsal de guerra; y desde 1988 es jefe de fotografía en “Cuba
Internacional” y colaborador de la Revista Prisma. Desde 1994 es creador
independiente.
Dieciséis exposiciones personales de Ernesto en La Habana,
Tokio y Osaka, en Japón; Leningrado, en la antigua Unión Soviética; Leipzig,
Landratsamt, y Waiblingen, en Alemania, y Sassari, Nutro, Macomer y Cerdeña, en
Italia, se unen a numerosas muestras colectivas en las que el fotógrafo ha
tomado parte, entre estas aparecen las de Cuba, la antigua URSS, en Argelia, Francia, China, Hungría, Corea del Norte, Checoeslovaquia, Rumanía, Polonia, Bélgica, Finlandia, Japón, Bulgaria, Noruega, Alemania, Holanda, Dinamarca, Canadá, México. Italia, Estados Unidos…
UNA EXPO PARA LA MEMORIA
Numerosos
premios avalan el trabajo fotográfico de Fernández Nogueras, quien ahora expone
en la Galería de Arte Universal, en Santiago de Cuba su muestra La Fotografía y
la Memoria, que recorre el país desde 2013, como parte del Programa de Itinerancias,
organizado por el Consejo Nacional de Artes Plásticas.
Es un conjunto de fotografías que
testimonian momentos en Cuba, por ejemplo los días que siguieron al Triunfo de
la Revolución, los sucesos de Playa Girón, la LCB, la LCP, la Crisis de
Octubre, la Alfabetización, la Columna Juvenil del Centenario, la Zafra del 70,
la Guerra de Angola…
Como parte del programa de Ernesto
en Santiago de Cuba, se ha organizado una proyección de fotografías de esta
ciudad, a lo largo de varias décadas, y se presentará en versión digital, un
libro con la obra de Fernández Nogueras, que publicará el sello Arte Cubano.
Un mes estará abierta la expo al público
santiaguero, y para hoy lunes se prevé una conferencia del maestro del lente
para reflexionar sobre las gráficas que componen “La Fotografía en la
memoria”.
ENCUENTRO EN LA CALLE
HEREDIA
Con el ambiente acogedor que brindan libros y fotos viejos,
afiches, carátulas de discos LP… “La Escalera” semeja una tienda de antigüedades. Ahí Ernesto se siente
a sus anchas y antes de responder las preguntas que seguirían a un encuentro
completamente fortuito, obtura una y otra vez su cámara, para quedarse con la
constancia.
-- Maestro, ¿qué
diferencia notable Ud. encuentra entre la fotografía de décadas atrás y la
actual digital?
-- Que nosotros
pasábamos un trabajo del diablo, y era bien difícil que salieran las fotos. Y
ahora salen todas. Aquí no hay problema… aquí tu tiras y olvídate. Mira, ahora
yo tiré casi sin luz y mira (muestra la pequeña pantalla) parece que es de día.
Hace 20 años atrás yo no podía aspirar a tirar esas fotos con una película de
200 asa; tenía que hacerla con 400 asa y así y todo a veces quedaban medio
movidas.
Pero no había nada mágico en eso. Todas las
cosas tienen sus trucos, tienen sus velocidades. Y uno jugaba con los
obturadores…
-- Con el tiempo de
revelado…
-- No, no solo con el
tiempo de revelado sino que tú jugabas con la luz, también. O sea: tú no
tirabas una cosa tan plana como estoy tirando ahora.
-- ¿Y la exposición?
-- Me encantó como
quedó la inauguración. Claro, esa exposición contaba con unas 115 fotos y ahí está
la mitad de esa cantidad. Pero de todas formas yo traje aquí, para una
conferencia que se va a dar… una colección de fotos de guerra: Playa Girón, la
Lucha Contra Bandidos, la Lucha Contra Piratas, Nicaragua, Angola… porque estoy
interesado en que la gente vea las luchas que ha tenido el pueblo cubano
después del triunfo de la Revolución, sobre todo Playa Girón, sobre todo la LCB
que tuvo más de 600 muertos; Angola misma… y yo quisiera… para que la gente
recordara todos esos momentos. Porque todavía hay muchas de estas personas caminando
por ahí.
-- ¿Con qué cámara y con
qué película Ud. hizo lo de La Coubre?
-- Yo en “La Coubre”
no pude tirar ni dos pedazos de película… por poco me matan. Y gracias a Dios
yo no estoy dentro de la segunda explosión, porque tengo una discusión en el
momento que voy corriendo… Cuando yo oigo la primera explosión, que voy
corriendo y voy llegando al barco tengo una discusión porque hay una gente que
han cogido presa y la están empujando y yo fui a retratarla y se armó el lío.
(Cuando al fin va a
encaminarse a la embarcación siniestrada, acontece la segunda detonación, que
la historia recoge como la más mortífera pues había acudido mucha gente a
ayudar.)
Estoy discutiendo y explota
el barco por segunda vez. Me pasó otra cosa… en realidad cogí golpe también,
porque me acusaron de que estaba incitando a la policía, que estaba haciendo
millones de cosas… Y en eso ¡pum! Si no es por esa discusión, el segundo
estallido me coge en el barco junto con los bomberos que ya estaban allí.
-- ¿Cuál fue la
primera cámara que Ud. tuvo?
-- La primera cámara
que yo tuve fue una Rolliflex 3,5, con una
lente Tersari, que se la compré --y siempre digo que se la compré para
decir algo-- a Guillermo Cabrera
Infante, el escritor, que me la dio en 40 pesos, que eso no era dinero, además
a pagar cuando yo pudiese. Por lo tanto lo de comprar era simbólico pero yo
siempre digo que la compré.
-- ¿Cómo valora la
fotografía actual?
--Chico, yo estoy muy
contento, porque te voy a decir una cosa: la cantidad de fotografía que se está
haciendo conceptual, y el nombre de Cuba, están muy bien posicionados en el
extranjero… Ahí tú tienes a Martha María, Serenaika… un grupo de muchachas que
hacen maravillas. Te estoy hablando en término conceptual.
Hay otras gentes… está
Thailyn, que ha hecho unas fotos preciosas de la Ciénaga de Zapata, de los
carboneras; son impresionantes porque no son lo que hacemos nosotros o hace
mucha gente por política, de retratar la pobreza, la humildad, el desamparo en
que vivía esa gente. Ella no… ella hizo una colección de fotos de gente que
trabaja y ama su trabajo; que disfruta los hornos de carbón que hace. Todo lo
otro es secundario y se puede discutir
con quien haya que discutir. Pero lo que ella quería captar: el arte que está
en la labor de los carboneros, lo logró y lo logró muy bien.
-- Y de la
conferencia… ¿qué va a tratar?
-- Bueno… vamos a ver
qué sale allí, porque traigo algunas cosas de Santiago de Cuba que yo quiero
que vean; traigo las colecciones de fotos de guerra, y traigo una cosa
especial: una colección de fotos de la Peña de Sirike. Esa Peña existió en La
Habana y es una cosa así fabulosa. Fue un herrero, Suazo, que asumió el nombre
del padre, Sirike.
Tenía una herrería y
la convirtió en una peña, porque a él le gustaba cantar y trovar, y se reunían
más de 300 y 400 personas todos los domingos. Y no estoy diciendo mentiras,
porque vas a ver las fotos. Además, primera cosa impresionante: era de gente
pobre, trabajadores eran los que iban allí, y todos con una elegancia y un
respeto… Ahí está. Ud. tiene que verlo.
Esa peña comenzó en la
década del 60 y después desapareció. Me imagino yo, que durante la Ofensiva
Revolucionaria, al ser intervenida la herrería, él ya no estaría allí para
seguir llevando la peña. Desde allí se trasmitió Álbum de Cuba. No recuerdo qué
director del ICAIC le hizo un documental precioso al lugar. Y yo tengo una
colección de fotos que si los santiagueros quieren verlas ahí están y yo se las
enseño.
Cuan diferente debe ser para Ernesto
la quietud que encuentra esta mañana dominical en “La Escalera” de la aún
adormecida Santiago de Cuba, si lo compara con el ajetreo vivido en las
guerras, en Playa Girón, Venezuela, en 1959; en Angola, de 1981 a 1983; en
Nicaragua, en 1983; o cuando pasó dinámicamente y siempre con el lente en
ristre, por las revistas Cuba Internacional y Revolución.
Pero a Fernández Nogueras en verdad
bien poco le importa si es miércoles o domingo. Él jamás se separa de su cámara
que no reconoce días de la semana pero lo ayuda a captar el latido de la vida a
cada paso. Por eso le dieron el Premio Nacional de Artes Plásticas… por eso,
también, la crítica especializada dice que Fernández Nogueras creó un
“repertorio visual que echa abajo las fronteras entre el fotorreportaje y el
ensayo fotográfico”.
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