SE APAGÓ OTRA VOZ DEL
BOLERO: EDDY ÁLVAREZ
M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Santiago de Cuba, mayo
24.- A pesar de sus
88 años, Eddy Álvarez seguía cantando en las peñas del bolero que proliferan
por la ciudad. Y siempre su porte y buen vestir atraían la atención del público…
hasta que comenzaba a cantar. Entonces su voz grave y el sentimiento hecho
bolero lo monopolizaban todo.
Así lo vimos en 2013 en la Sala Dolores, cuando la edición
del Festival Boleros en Santiago (Boleros de Oro) estuvo consagrada a su
persona y a su devenir en la canción romántica.
Era él una de las pocas figuras del mundo de la Cultura en
Santiago de Cuba que llamaba Miguelito
a este periodista. Dicha familiaridad estaba sustentada en una vieja amistad
que nació en las incursiones periodísticas por cabarets de esta urbe musical, noctámbula
y de las serenatas. Y también a la coincidencia en la calle Santa Lucía, a
pocas cuadras de la bahía, en el corazón del barrio Tivolí.
De ninguna manera Eddy podía ser en 2013, el mismo que conocimos
a finales de la década del 60, cuando aparecía en casi todas las carteleras de
los centros nocturnos de Santiago de Cuba. De cualquier manera, su canto y su “ángel”
le granjeaban más y más amistades.
Y cuando una persona así parte definitivamente, es profundo el
pesar que se siente. Eso ocurrió este viernes, pues inesperadamente dejó de
existir el legendario vocalista Eddy Álvarez, una pérdida irreparable para la
cultura y el bolero en Cuba.
En retrospectiva, a finales de la década del 50, cuando su hermano
Fernando impone calidad y originalidad en el universo musical cubano y
latinoamericano, la RCA Víctor contrata a Eddy y le graba dos temas, con el
respaldo de la orquesta de Bebo Valdés. Era su momento, porque también hace
actuaciones especiales con la orquesta Sensación, por Tele Mundo, un popular
espacio de la TV con el cual Pumarejo enfrenta el embate de CMQ.
Pumarejo necesitaba figuras impactantes y el hábil
empresario enseguida se fijó en el santiaguero Eddy Álvarez, con el aval
indiscutible no solo de ser hermano de Fernando, “la voz nueva de América”,
sino porque el registro y el estilo eran muy similares…
Recuerdo de una conversación con Eddy, que manifestaba haber
trabajado en algo de ómnibus o de autos de alquiler y que luego de las incursiones
en la Capital optó por regresar a su natal Santiago de Cuba. En aquella etapa
condujo el Departamento de Espectáculos del Instituto Nacional de la Industria
Turística (ININT), cuyas oficinas radicaban en los bajos de la Catedral
santiaguera y era la entidad facultada para organizar las presentaciones
artísticas en los cabarets de la ciudad.
Eddy sobrevivió muchos años a su hermano Fernando. Y los
amantes del bolero en la ciudad santiaguera encontrábamos salida a la añoranza,
cuando coincidíamos con el vocalista fallecido el viernes en la madrugada, en
su comunidad del reparto Abel Santamaría, en el este de la urbe.
María del Carmen González Puig, compositora cantante y
pianista, no oculta su tristeza.
“Trabajé muchos años con él, acompañándolo con el piano en
el ‘Club Kontiki’ y en el ‘Lido Club’. Era una persona maravillosa; era alguien
que tenía el don de arreglarle el ánimo a quien lo conocía. Siempre tenía un
cuento a flor de labios que aflojaba ltesiones… Yo lo consideraba como un padre
y voy a decir más: Eddy vivía para su hijo Eduardo, pianista instrumentista en
el Centro Recreativo Orestes Acosta, y como le digo esto le aseguro que Eduardo
vivía para su padre. Era una relación hermosa, ejemplar.
“Estuvo Eduardo a su lado hasta el último instante. Lo
asistió, le dio respiración ‘boca a boca’ mientras llegaba la ambulancia, y
Eddy, con todo su conocimiento, tuvo tiempo de despedirse del hijo.”
Lo cierto es que desde el amanecer del viernes 23 de mayo de
2014, en el concierto bolerístico de Santiago de Cuba falta una voz y una
imagen imprescindibles: las de Eddy Álvarez.
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