ORGULLO POR MI PRIMERO DE MAYO
Texto y
fotos: M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Desde las plazas y avenidas, a lo largo y ancho de nuestro
archipiélago, acabamos de dar un ejemplo más de unidad indestructible del
pueblo junto a su Revolución y a sus líderes.
Hermanos de decenas de países del mundo vinieron hasta
nuestra tierra, para festejar el Día Internacional de los Trabajadores.
En Venezuela, Rusia, Bolivia y otras naciones, los
trabajadores desfilaron enarbolando consignas de unidad, es decir: que prevalece
la conciencia en el ámbito planetario, de que esa es la única manera de
enfrentar con éxito al imperio voraz.
Otros pueblos, sin embargo, vieron reprimidos a sus obreros
y trabajadores por expresar inconformidad por la manera en que son explotados o
por reclamar sus derechos.
Aquí, en Santiago de Cuba, aun sin salir el Sol, las
tradicionales congas de San Pedrito, San Agustín, El Guayabito, Paso Franco,
Los Hoyos… llevaron a parte de las decenas de miles de trabajadores y sus
familiares hasta la Plaza de la Revolución Mayor General Antonio Maceo
Grajales, donde se unieron a otras decenas de miles de santiagueros.
En carteles y mil iniciativas más, se podía leer: “Gracias,
Fidel”, “Fidel, te amamos”, una manera muy de pueblo, de reconocer cuánto de
trascendental es para nosotros el Líder Histórico de la Revolución.
Y también se veían, alzados por trabajadores y sus familias,
afiches y pancartas con las imágenes de Fidel, Raúl, el hermano Chávez, Los
Cinco Héroes antiterroristas… o llamados a consolidar la unidad junto al
Partido y a lograr la máxima eficiencia productiva.
Así celebramos en Cuba el Día Internacional de los
Trabajadores, con el orgullo de ser un ejemplo para el mundo.
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