Santiago de Cuba no
sería la
misma si no fuera por la impronta
de Don Emilio Bacardí Moreau
M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Santiago de Cuba, junio 5.- Esta ciudad sur oriental de Cuba, a punto de cumplir medio
milenio de la villa que le dio origen, recuerda hoy que hace 171 años nació
aquí Don Emilio Bacardí Moreau, quien sería con el tiempo, uno de los hijos más
ilustres de la urbe.
La ciudad, inmersa en el fragor del
trabajo para celebrar el medio milenio de la villa, recordó la fecha del
natalicio de esta personalidad inolvidable, cuya estatura política, cultural y
filantrópica, además de patriótica, desborda
cualquier cálculo.
Así, los santiagueros, desde las
edades más tiernas, han aprendido a respetar a Don Emilio, y admirar su obra;
es casi una obligación para cualquier familia en la ciudad, llevar a sus niños
al Museo que lleva el nombre de este hombre célebre que fue el primer Alcalde
cubano luego de la dominación colonial española.
Bacardí fue un patriota consecuente:
desde joven desarrolló en él un fuerte sentimiento anticolonialista contra
España; estableció contactos con deportados y exiliados; donó armas y
municiones al Ejército Libertador insurgente, e intercambió correspondencia con
sus principales líderes…
Cuando el voto popular lo llevó al
cargo de Alcalde, casi en el mismo inicio del siglo XX, dio curso a parte de su
gran obra, pues se empeñó en reconstruir la ciudad destruida tras la guerra;
dictó normas de salubridad bien avanzadas para su época; dio trabajo a
desempleados y a las mujeres viudas de patriotas; firmó un proyecto que
protegía a obreros y familiares ante algún accidente de trabajo; creó un
plan de construcción de casas que debían ser vendidas a los trabajadores, y
como colofón en su devenir político, renunció a la mitad de su sueldo por
considerarlo excesivo para el puesto.
Pero también Don Emilio fue un hombre
de letras: tres novelas, obras de teatro, las Crónicas de Santiago de Cuba, una
faena periodística muy abarcadora; fundó para la ciudad el primer museo creado
en Cuba; la Banda de Música Municipal surgió por él, que, además, apoyo
decisivamente la Fiesta a la Bandera; creo la escuela de Bellas Artes, y
decenas de otras obras benéficas.
Santiago de Cuba lo reciprocó y
extendió a Bacardí el título de Hijo Predilecto de la Ciudad.
Don Emilio murió
el 28 de agosto de 1922 en el poblado de Cuabita, en “Villa Elvira”, en las afueras
y hacia el norte de esta urbe que él tanto amó y la que más lo quiso a él.
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