Protestan ecologistas en
Santiago de Cuba por “Cocodrilocidio” en Matanzas
M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Santiago de Cuba,
abril 1.- “Fuertes
protestan” tuvieron lugar en esta ciudad
sur oriental de Cuba, en contra del “cocodrilocidio” protagonizado anoche por
los corsarios de Isla de la Juventud, desembarcados en el estadio de béisbol 26 de Julio de la capital de la occidental provincia de Matanzas.
Encabezaron las protestas, los ecologistas santiagueros
seguidores del jefe del "criadero" de cocodrilos en Matanzas,
conocido como el Reptil Mayor, Víctor Mesa.
Y en verdad, hubo una
auténtica matanza de esos lagartos en el terreno de pelota de la ciudad conocida
también como la Atenas de Cuba.
Los manifestantes santiagueros, que se cuentan por cientos debido a su admiración por los lagartos, llevaban carteles para condenar no a un
nombre en especial sino a todo el equipo de la Isla de la Juventud,
pues fue un “asesinato” masivo de cocodrilos.
Los filibusteros no se conformaron con abordar la nave donde viajaban cómodamente los
reptiles sino que luego de destruir la embarcación se dieron a la tarea de
“cazar” uno por uno a los lagartos que trataron de esconderse en la pantanosa Ciénaga de
Zapata, el mayor humedal de la región del Caribe.
Ocurre
que los corsarios no se detuvieron
ante nada y no pararon hasta colgar del pizarrón en los jardines del
estadio, a 15 hermosos saurios, lo que ha disminuido la población de
esos reptiles.
De todas maneras, los “ecologistas santiagueros” aquí,
denunciaron que como la cacería había llegado al onceno capítulo empatada a
cinco sacrificios, el verdugo principal fue Héctor Mendoza, a quien matanceros y santiagueros
victorianos, acusan de genocidio de lesa humanidad.
Aun a altas horas de la madrugada, en la guarida de los
Piratas, en la antigua Isla de Pinos, los filibusteros celebraban la matanza de
cocodrilos. También se supo que el saurio mayor: Víctor Mesa logró
“escaparse” del “26 de Julio” y se supone que no aparezca más en estadio de
pelota alguno, hasta que no mude la piel seriamente dañada por los corsarios pineros.
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