Último acto del “Príncipe
Alberto”: la enseñanza
que dejó y su amor por Santiago de Cuba
M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Santiago de Cuba, enero
3.- Alberto Ramón
Pujals Villalón, o mejor: El
Príncipe Alberto, deja un enorme caudal de conocimientos y experiencias sobre
la magia artística, luego de su fallecimiento en esta ciudad el pasado 29 de
diciembre, a los 98 años de edad.
“Nos pidió hace una semana, aunque su salud era ya muy
delicada y debía moverse en silla de ruedas, que lo lleváramos a recorrer la
ciudad de Santiago de Cuba. Él quería ver las cosas bellas que se han
construido y que se construyen”, dijo la Dra. Neyra Pujals Victoria, hija de
uno de los magos más famosos de Cuba y creador de la primera escuela de la especialidad
en el país.
“En un automóvil lo paseamos por casi toda Santiago. Creo
que solo le faltó ver la reconstrucción del Hotel Imperial, precisamente porque
la calle está cerrada y ya él no podía caminar”, señaló la Dra. Pujals, quien
agregó:
“Quiero decirle, que mi papá era un ferviente enamorado de
la ciudad de Santiago de Cuba; la amaba profundamente. Pudo haber hecho su
carrera artística en La Habana o en otros países, ya que propuestas le
llovieron. Pero jamás quiso moverse de su querida
Santiago como él decía”, explicó Pujals Victoria, quien fuera Rectora de la
hoy Universidad de Ciencias Médicas santiaguera y luego laboró durante años
vinculada a la enseñanza médica en La Habana.
En el mismo lugar donde se desarrolla la conversación con la
médico cubana: la sala de la casa materna y paterna, en la calle Santa Lucía
del centro histórico de esta urbe sur oriental de Cuba, transcurrió uno o dos
años atrás, un encuentro con el Mago Alberto, o el Príncipe Alberto, cátedra de
su especialidad en la nación y en la región. También sigue en el mismo lugar,
el enorme retrato del artista, una pintura donde se ve con su “atuendo de
soberano” y un turbante.
Aquel encuentro fue alegre, y profundo a la vez. En el
diálogo, El Príncipe intercalaba anécdotas; hablaba sobre el trabajo y las
características de los escenarios; el beneficio de saber construir los
artilugios para la magia artística. Y mientras conversaba, acariciaba a su perrito,
con la mayor suavidad del mundo.
CUÁN DIFERENTE
Esta vez el motivo de la visita a la calle Santa Lucía es muy diferente. El perrito que tanto ladró
la otra ocasión, ahora está silencioso y luce desconcertado. La noticia,
siempre triste, dolorosa, nos la dio el diligente Gascó:
“Murió el Príncipe Alberto”, el maestro, el nonagenario
Alberto Pujals, quizás uno de los cubanos que más han hecho por la magia
artística…”
Y sin dudas, el que más la enseñó, incluso hasta convertir
su hogar en una escuela de esa manifestación artística.
La magia del Príncipe no pudo esta vez. La muerte se
enseñoreó de todo, y el maestro se despidió a los 98 años, de una vida
consagrada al arte, a la familia, al trabajo sindical, y al puesto en la
vanguardia.
Alberto Ramón Pujals Villalón nació en esta ciudad el 7 de
julio de 1916 y en 1934, con la ayuda de
Antonio Ortiz Alcolea, comienza a desentrañar los misterios de la magia.
Estudia autodidácticamente y ya en 1939 debuta en lo que es hoy la Sala Teatro
Van Troi, y en 1942 aparece como el Príncipe Alberto en el Teatro Oriente.
Así, con mucha constancia y preparación, se va convirtiendo
en un puntal de ese arte en la región oriental y en Cuba; asiste a eventos
internacionales, y cuando triunfa la Revolución se entrega con pasión a
promover la especialidad y al trabajo sindical.
Es antológica su participación al frente de una brigada
artística en los campos cañeros durante la Zafra de los 10 millones, y durante
una década en Recreo Infantil, espacio para los niños en el Tele Rebelde
santiaguero.
Como sindicalista en Cultura alcanzó los más altos méritos.
Y nunca en el universo de la magia dejó ni de trabajar ni de enseñar en
Santiago de Cuba y en diversas regiones de Cuba. Se jubila en 1986, pero solo
cuando está cercano el final del camino, y agobiado por su estado de salud, es
que deja de estar activo. Antes, ha sido homenajeado por la obra de toda la
vida en el Festival Ánfora 2012 y en el marco de Circuba 2014; hace solo
semanas había recibido el premio El Turán, otorgado por las mismas razones por
las direcciones nacional de la UNEAC y la del Circo.
Las siguientes condecoraciones hablan de esa entrega referida:
Distinción Raúl Gómez García; Distinción por la Cultura Nacional; Distinción 28
de Septiembre de los CDR; Sello del Laureado de la Cultura; la Placa de
Reconocimiento Heredia; el Sello del Laureado; Certificado como Artista
Emérito; diplomas por ser Profesor Emérito de Santiago de Cuba.
Los últimos años de su vida los dedicó a ayudar y asesorar a
las nuevas generaciones de aficionados a la especialidad. Su hogar en Santa
Lucía era un “laboratorio” donde se analizaba cómo hacer avanzar y cómo mejorar
la magia artística.
Consagrados y noveles iban a Santa Lucía a ver al Príncipe
Alberto para aprehender sus conocimientos, sus habilidades. Y a la vuelta de la
vida, el viejo Pujals era un excelente Mago, una persona magnífica, y un mejor
maestro. Esa es la impronta que dejó y que sirve de consuelo en la hora postrera, a su
familia y a quienes desde el arte y la cultura siempre lo admiramos.
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