Altruismo
del Instructor de Arte en Cuba
M.Sc.
Miguel A. Gaínza Chacón
Santiago
de Cuba, febrero 21.- El pasado 18 de febrero, un aniversario más del nacimiento de Olga
Alonso, se festejó a lo largo y ancho del país el Día del Instructor de Arte,
para estimular el trabajo de quienes no reparan en condiciones ni distancias
para cumplir su misión principal: llevar cultura y arte a barrios de cualquier
ciudad o hasta los parajes más remotos de la campiña, además de guiar allí las
inclinaciones artísticas de mujeres, hombres, niñas y niños, hasta convertirlas
en armas para el combate ideológico.
En el ámbito santiaguero, son incontables los ejemplos del
altruismo de los instructores; de su labor creativa; de la consagración que promueve las buenas cualidades del ser
humano.
Cuando se es capaz, de montar una obra de teatro en con el
concurso de los vecinos en Tumbasiete, en medio de los cafetos del Segundo
Frente; organizar un grupo musical en La Uvita, entre el mar y la montaña en el
litoral de Guamá; promover una exposición de dibujos infantiles en Filé o
Comecará, en el municipio de Tercer Frente, la población de esos lugares crece
en bienestar espiritual que para muchos es la mejor de todas las fortunas.
Lamento que el espacio sea tan escaso. Esto me impide
relacionar las generales de cada instructor y de su labor, pero ellas y ellos,
en cualquier sitio de la geografía de Santiago de Cuba en que se encuentren,
interpretarán que en estas líneas va implícito el reconocimiento a esa labor
tan importante que realizan.
Por la visión del Comandante en Jefe Fidel Castro, los pasos
iniciales para formar a instructores de arte se remontan a 1961. Y una
reflexión breve permite determinar, que fue en el campo artístico donde se
formó el embrión del Plan Turquino, porque la idea de Fidel al crear la Escuela
de Instructores a solo dos años del triunfo del 1ro. de Enero de 1959, fue
equiparar también en el ámbito del arte, las condiciones del campo con la
ciudad. Y nadie mejor para llevar adelante ese principio que los jóvenes
instructores, quienes como Olga Alonso marcharon sin dilación hacia los sitios
más difíciles. En cumplimiento de ese llamamiento fue que la Alonso, en un
lamentable accidente del tránsito, encontró la muerte. Por eso la fecha de su
natalicio: 18 de febrero, fue instaurado como Día del Instructor.
El año 2013 apenas difiere de lo hecho precedentemente. Con
lo humanamente a mano, los instructores han promovido el arte en localidades de
los municipios de la provincia. Son ellos quienes organizan, programan y
ejecutan actividades como las que hoy, en la Cooperativa Barrio Alejo, en Palma
Soriano, desarrollarán el grupo de danza Voltaje Juvenil, las solistas Yulia
Tamayo y Luis Quesada, y la narradora oral Jennifer Fernández.
Mucho les debe a los instructores, el movimiento de
aficionados al arte en La Poza, Filé, Cruce de los Baños, Comecará, Matías… en
el Tercer Frente, y el programa de la Casa de Cultura Juan López Rizo, en el
municipio de Songo-La Maya, por solo citar ejemplos de ese empeño supremo por
hacer de Cuba la nación más culta del mundo. Y para eso luchan, en cada sitio,
por preservar la identidad cultural y al mismo tiempo transformar el entorno
sociocultural al fusionar la creación artística, el mejoramiento humano y el
sentimiento patriótico.
En Santiago de Cuba, en sus zonas urbanas y también en las
rurales, avanzan el arte y la cultura gracias, en buena medida, a la presencia
altruista de instructores y promotores, protagonistas de esa tarea hermosa en
el corazón de cada comunidad.
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