domingo, 27 de julio de 2014

Una fecha histórica: Día de la Rebeldía Nacional


 A propósito del Asalto Simbólico al Cuartel Moncada

“HOY ES UN DÍA DE GLORIA”


M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Fotos: Miguel Noa 


Santiago de Cuba, julio 27.- Ayer, exactamente a las 05:54 horas de esta madrugada, cuando apenas el Sol era un reflejo pálido por encima de las montañas de la Gran Piedra, en medio de los antiguos muros del Cuartel Moncada, la pionerita con voz firme gritó: “Hoy es un día de Gloria” y la Marcha del 26 de Julio, de Agustín Díaz Cartaya, selló el amanecer del asalto simbólico a la otrora fortaleza militar.

Dirigentes del Partido Comunista de Cuba (PCC), del Poder Popular (Alcaldía y Gobernación), autoridades de instituciones y organismos del territorio santiaguero asistieron a la ceremonia tradicional, junto con cientos y cientos de santiagueros que llenaron el antiguo polígono de la fortaleza, hoy área deportiva.    

Esta vez no hubo oradores. A las ráfagas de salva en lo alto de los muros; a la irrupción en el lugar de los pioneros en avalancha de nueva generación en nuevos tiempos, siguieron el poema “Era la mañana de la Santa Ana”, el Himno Nacional, vibrante, hermoso y patriótico; la lista sobrecogedora con los nombres de los caídos aquel 26 de julio, que sin embargo estaban allí esta mañana en cada pionero que gritó ¡PRESENTE!

Mientras, se movía al antojo del poco viento de la madrugada, la enorme bandera cubana, como fondo y escenografía única ante el edificio central de la hoy Ciudad Escolar 26 de Julio.

No hubo discursos centrales, pero sí mucha poesía en boca de diminutas pioneras que hablaban del motor pequeño que echó a andar el grande de la Revolución o repitieron aquellas palabras de Raúl, cuando dijo que si hablaran los bancos del Instituto, del Parque de Céspedes o la Plaza de Marte… se confirmaría que no hay piedra en Santiago de Cuba que no haya sido pedestal de un héroe.

Ayer sonaron en la antigua madriguera del tirano que tembló el 26 de Julio, las guitarras, los trovadores; se movió sobre el escenario la danza moderna y los bailes cubanos; se escucharon mejor que nunca en la madrugada, los temas de Silvio Rodríguez, Amaury Pérez Vidal, y Fito Páez que preguntaba ¿Quién ha dicho que todo está perdido?… Yo vengo a ofrecer mi corazón…

Por el lateral derecho, a la izquierda de la enorme Bandera Cubana bajaron los pioneros a entregarles flores a la presidencia y a familiares de mártires de la Revolución que nunca faltan en cada conmemoración.

Como siempre, muchos fueron hasta los muros del antiguo Moncada desde los lugares donde alegraban su Carnaval Santiaguero. Fueron, incluso con las ropas de las comparsas y paseos, y hasta estandartes y farolas relucientes llevaron; fueron en definitiva, a rendirles tributo a héroes y mártires que encendieron aquel amanecer de julio, la luz de la esperanza, que se haría realidad cinco años después.

En solo 39 minutos Santiago de Cuba se inclinó ante la gloria de la que habló la pionera que cerró el acto para reeditar la historia en su mismo escenario: las aspilleras, polígono y jardines del Cuartel Moncada, donde el 26 de Julio de 1953 la Generación del Centenario con Fidel Castro en la vanguardia, no dejó morir al Apóstol José Martí.   


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