A propósito del Asalto
Simbólico al Cuartel Moncada
“HOY ES UN DÍA DE
GLORIA”
M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Fotos: Miguel Noa
Santiago de Cuba,
julio 27.- Ayer, exactamente
a las 05:54 horas de esta madrugada, cuando apenas el Sol era un reflejo pálido
por encima de las montañas de la Gran Piedra, en medio de los antiguos muros
del Cuartel Moncada, la pionerita con voz firme gritó: “Hoy es un día de
Gloria” y la Marcha del 26 de Julio, de Agustín Díaz Cartaya, selló el amanecer
del asalto simbólico a la otrora fortaleza militar.
Dirigentes del Partido Comunista de Cuba (PCC), del Poder
Popular (Alcaldía y Gobernación), autoridades de instituciones y organismos del
territorio santiaguero asistieron a la ceremonia tradicional, junto con cientos
y cientos de santiagueros que llenaron el antiguo polígono de la fortaleza, hoy
área deportiva.
Esta vez no hubo oradores. A las ráfagas de salva en lo alto
de los muros; a la irrupción en el lugar de los pioneros en avalancha de nueva
generación en nuevos tiempos, siguieron el poema “Era la mañana de la Santa
Ana”, el Himno Nacional, vibrante, hermoso y patriótico; la lista sobrecogedora
con los nombres de los caídos aquel 26 de julio, que sin embargo estaban allí esta
mañana en cada pionero que gritó ¡PRESENTE!
Mientras, se movía al antojo del poco viento de la
madrugada, la enorme bandera cubana, como fondo y escenografía única ante el edificio
central de la hoy Ciudad Escolar 26 de Julio.
No hubo discursos centrales, pero sí mucha poesía en boca de
diminutas pioneras que hablaban del motor pequeño que echó a andar el grande de
la Revolución o repitieron aquellas palabras de Raúl, cuando dijo que si
hablaran los bancos del Instituto, del Parque de Céspedes o la Plaza de Marte…
se confirmaría que no hay piedra en Santiago de Cuba que no haya sido pedestal
de un héroe.
Ayer sonaron en la antigua madriguera del tirano que tembló el
26 de Julio, las guitarras, los trovadores; se movió sobre el escenario la
danza moderna y los bailes cubanos; se escucharon mejor que nunca en la
madrugada, los temas de Silvio Rodríguez, Amaury Pérez Vidal, y Fito Páez que
preguntaba ¿Quién ha dicho que todo está perdido?… Yo vengo a ofrecer mi
corazón…
Por el lateral derecho, a la izquierda de la enorme Bandera
Cubana bajaron los pioneros a entregarles flores a la presidencia y a
familiares de mártires de la Revolución que nunca faltan en cada conmemoración.
Como siempre, muchos fueron hasta los muros del antiguo
Moncada desde los lugares donde alegraban su Carnaval Santiaguero. Fueron,
incluso con las ropas de las comparsas y paseos, y hasta estandartes y farolas
relucientes llevaron; fueron en definitiva, a rendirles tributo a héroes y
mártires que encendieron aquel amanecer de julio, la luz de la esperanza, que
se haría realidad cinco años después.
En solo 39 minutos Santiago de Cuba se inclinó ante la
gloria de la que habló la pionera que cerró el acto para reeditar la historia
en su mismo escenario: las aspilleras, polígono y jardines del Cuartel Moncada,
donde el 26 de Julio de 1953 la Generación del Centenario con Fidel Castro en
la vanguardia, no dejó morir al Apóstol José Martí.
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