Santiago de Cuba es una
ciudad hecha para
el teatro
Texto y
fotos: M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
--portuaria,
musical y rebosante de bellas edificaciones de estilo arquitectónico colonial--
está hecha para el teatro. Así lo perciben decenas de actrices y actores
llegados desde La Habana, Ciego de Ávila, Camagüey, Holguín, Las Tunas, Granma,
Guantánamo… convocados por el Festival Máscara de Caoba’2014.
Es que esta
urbe tiene dos elementos esenciales: cualquier lugar se acomoda para una puesta
en escena: un teatro, una sala, una esquina, las calles onduladas y en
terrazas, un parque. Y lo mejor de todo: el público, que es cálido,
comprensible, musical, comunicativo. Entonces los artistas se sienten a sus
anchas y con esas dotes, no cabe dudas: Santiago de Cuba es la mejor plaza para
el teatro.
A lo largo
de décadas, desde aquí han salido auténticos “monstruos” de la actuación en
Cuba: Salvador Wood, Luis Carbonell, Raúl Pomares, Carlos Padrón, Rogelio Meneses,
Ana Gloria Bouduén, Félix Pérez, Fátima Patterson, Nancy Campos, Dagoberto
Gaínza, Enrique Molina, Adolfo Llauradó… en realidad tratar de armar una
relación de figuras puntuales de la escena en Cuba es imposible si se prescinde
de Santiago de Cuba.
Ocurre que
la misma idiosincrasia del santiaguero, que en incontables ocasiones no es
detectada por los propios personajes, facilita la actuación. Más claramente
hablando: público, sitios y artistas son casi la misma cosa, por ende todo está
hecho para el teatro.
Así, festivales
como el “Máscara de Caoba” se convierten en genuinas fiestas del arte
dramático, en las que participan todos, y en las que es labor ardua, definir si
el protagonista está encima del escenario o de frente a este.
El teatro
de relaciones también ha tenido una incidencia excepcional en Santiago de Cuba,
de manera que el ejercicio artístico jamás se ha quedado enclaustrado en la
intimidad de las salas sino que ha ido a los barrios, escuelas, centros
asistenciales, parques… y la gente del pueblo se identifica con los personajes
y con los temas que tratan.
Lo
precedente ha hecho de esta ciudad un lugar, donde a lo largo de épocas, con la
misma facilidad con que “nacen casi silvestres” los músicos así surgen los amantes y practicantes del teatro.
La edición
18 del “Máscara de Caoba”, que del 26 al 30 de marzo se ha desarrollado aquí,
apunta a que celebraciones venideras serán cada vez más numerosas en
participantes; más abarcadoras en obras, agrupaciones y escenarios, algo para
lo que la localidad tendrá que alistarse, con el antecedente de que en 2014 se
trajeron al evento casi 40 propuestas escénicas.
Por lo
pronto, una vez más se ha confirmado: Santiago de Cuba es una ciudad hecha para
el teatro.
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