Santiago de Cuba, agosto 20.- Los Zafiros, el grupo cubano que mejor supo contener
la avalancha musical europea y norteamericana en los años 60 y 70, está
celebrando el medio siglo de existencia y para festejarlo estará en esta ciudad
desde hoy hasta el 26 de agosto.
Desde
su creación a inicios de la década del 60, el cuarteto vocal ha gozado siempre
de una aceptación especial por parte del
público santiaguero, algo que los integrantes actuales han vivido
reiteradamente en sus giras por el territorio.
Las
presentaciones que harán Los Zafiros en Santiago de Cuba se suman a las
actividades del período vacacional denominado Verano con Más, que tiene un respaldo total del Estado, a lo largo
y ancho del archipiélago.
Quienes componen hoy la agrupación han rebasado la
cantidad de años que reinaron los Zafiros originales: Leoncio Morúa (Kike),
Miguel Cancio (Miguelito), Ignacio Elejalde, tenorino de un alto registro;
Eduardo Elio Hernández (El Chino) y Néstor Milí, director y guitarrista,
sustituido luego por Manuel Galbán.
El cuarteto se presentará el lunes 20 de agosto en el
Piano Bar, a las 22:00 horas; el martes 21, en la Plaza Central de la
localidad de La Maya,
a las 21:00 horas; el 22 estará en la Cabaret Son Caney, a las 22:00 horas, y el jueves
23, a
las 22:00 horas, lo hará en el Círculo Recreativo Orestes Acosta, antiguo Vista
Alegre Tennis Club.
Los Zafiros actuarán nuevamente el 24 de agosto, en el
Café Cantante del Complejo Cultural Heredia, a las 21:00 horas; el sábado 25 se
presentarán a las 18:00 horas en el cine Liberación, en Palma Soriano, y luego,
a las 22:00 horas, estarán en el cabaret Son América, en el Centro Urbano José
Martí, en el oeste de esta ciudad.
Para cerrar su gira santiaguera, el popular conjunto
vocal actuará el domingo 26 de agosto, a las 21:00 horas, en la Plaza Central de la
localidad de Mayarí Arriba, el mayor conglomerado poblacional del municipio
montañoso de Segundo Frente.
El itinerario actual reviste especial significación
para el cuarteto, no solo por el nuevo encuentro con el público santiaguero
sino porque los cuatro cantantes y su guitarrista están festejando el medio
siglo de existencia del conjunto.
Ellos conocen –y lo han hecho muy bien-- la
responsabilidad que implica ser continuadores de aquellos jóvenes que en 1961 y
prácticamente de manera empírica, asombraron a todos por su armonía vocal.
Porque si bien Los Zafiros tuvieron como inspiración a
grupos vocales como los norteamericanos The Platters, Los Cinco Latinos, de
Argentina…, bien pronto establecieron la línea que delimitó su estilo en el que
predominó el bolero; también, hicieron un calypso cubanizado casi irrepetible;
incorporaron a su repertorio baladas, bossa nova, rock; hicieron congas… y lo
principal: sus interpretaciones llevaban tal carga sentimental y ritmática
según el caso, que enseguida alcanzaron el pináculo de la fama y el
reconocimiento popular.
Aún hoy cuesta trabajo entender cómo sin una formación
académica, sin una herencia musical a no ser la del barrio, El Chino cantara
temas como Hermosa Habana; Ignacio retara a los ángeles con esa voz y esa
afinación únicas; Kike incursionara con tanto acierto lo mismo en un calipso
muy movido o en un bolero cadencioso…
Para
generaciones de cubanos, Los Zafiros constituyeron el referente nacional más
sólido ante el sonido europeo de The Beatles y de otras agrupaciones españolas
y norteamericanas que “coparon” la atención popular. Y fue tal el impacto del
cuarteto surgido en la meca del “filin”, el barrio de Cayo Hueso, en La Habana, que se hizo
imprescindible en el panorama musical cubano.
Es
muy doloroso la forma en que desaparecieron varios integrantes originales del
grupo: En plena juventud, con 37 años y una salud quebrantada por el alcohol, Ignacio dijo
adiós a este mundo, en 1981; dos años más tarde, le siguió Kike por el mismo
motivo.
Al
Chino lo vimos personalmente por última vez, en ocasión de un Carnaval
Santiaguero: hacía voces en una orquesta llegada de La Habana, y su físico
anunciaba el final que llegó el 8 de agosto de 1995. Miguelito Cancio emigró a
los Estados Unidos en los noventa, donde aún vive.
Manuel
Galbán salió del grupo cuando presagiaba el desastre inminente. Durante años
tocó en un conjunto cubano, en el restaurante Habana, en Sofía, Bulgaria; luego
integró con éxito el Buena Vista Social Club y el año pasado, ya octogenario,
murió en La Habana,
con todo el reconocimiento por su labor.
No obstante, el cuarteto nunca se perdió, ya que otros jóvenes
talentosos, amantes de aquel estilo y ayudados inicialmente por El Chino,
optaron por mantener vivo los destellos de piedras preciosas como el refulgir
de Los Zafiros.
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