SILENCIO... SE APAGÓ UNA VOZ DE ORO
A la derecha, Guzmán Cabrales junto a Navarro Coello |
M.Sc. Miguel A. Gaínza Chacón
Santiago de Cuba, feb 19.- Se apagó una voz de oro de la locución cubana y oriental para más orgullo nuestro. El entrañable José Armando Guzmán Cabrales murió el martes en esta ciudad y con él desaparece una insignia del micrófono, maestro y artista de la palabra radial.
Cuántos santiagueros y santiagueras, cubanos y caribeños habrán acompañado momentos placenteros con el timbre agradable y hasta cadencioso de Guzmán, en tantos y tantos espacios de la radio en el país.
Aun jubilado, José Armando se mantuvo casi hasta el final como mil veces dijo: ante el micrófono. De ahí lo difícil de tratar de resumir en algunas líneas, casi 59 años en una profesión en la que él se inició oficialmente a los 16 años.
Mejor es decir que en infinidad de ocasiones no dudé un instante en buscarle en la emisora CMKC, o por el poblado de Boniato, en las afueras de la ciudad... o simplemente por las calles de esta urbe, aledañas a la planta Radio Revolución, para escuchar sus apreciaciones, siempre inteligentes y reflexivas, sobre los temas más diversos. Porque eso tienen –y lo admiro tanto— los buenos locutores: conocimiento universal y más: respeto por su profesión y por las audiencias. Y él era de esos.
Dentro de seis meses Guzmán Cabrales cumpliría 76 años, el 11 de agosto. Su salud se quebrantó y esta vez no le fue posible, como en otras ocasiones, erguirse nuevamente, para encontrarlo en algún estudio de su emisora o a la entrada de la CMKC , en la concurrida calle Aguilera.
La muerte nos priva de otra de las voces de oro santiagueras, pero no podrá borrar el recuerdo de José Armando ni del tránsito de aquel muchacho que alentado por otra gloria del micrófono, Rolando González, despuntó en el naciente cuadro dramático de la CMKW en 1953 y perfiló su alcance como locutor y conductor en diversos escenarios radiales y sociales.
La pista del otrora popularísimo Copa Club, en la carretera que lleva al aeropuerto internacional Antonio Maceo de esta ciudad, recibe al joven presentador Guzmán Cabrales, quien escolta al consagrado de entonces, Rodríguez Miranda. Ellos darán la bienvenida a celebridades del momento: Pacho Alonso, Los Modernistas, René del Mar, las orquestas “América”, “Sensación”, Pancho Portuondo...
Seguirán otras incursiones por Radio Santiago, Radio Victoria, en Las Tunas; Radio Turquino, Circuito Oriental, la CMKC.
Con el triunfo de la Revolución Cubana , parte de la radio santiaguera se unifica en la CMKC , y Guzmán es elegido secretario general de la primera Sección Sindical de la planta.
La creación de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) lo encuentra en sus filas, igual que en la Escuela de Instrucción Revolucionaria, en Guantánamo o como fundador de las Tropas Coheteriles de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR); también integra un dispositivo para el manejo de armas estratégicas, y al mismo tiempo es promotor y divulgador cultural en las filas de las FAR, hasta que la profesión lo lleva a Radio Rebelde, en la capital cubana, La Habana , y también a Radio Liberación, Radio Progreso.
Con la voz de José Armando la radioaudiencia identifica espacios populares como El Cuento, Sector 40, Agente Especial, El Vengador, El Capitán Alba, novelas, programas especiales y dramatizados... Guión 5, de la televisión santiaguera
Convertido ya en paradigma para los cultores del micrófono, de los cultores, Guzmán trasmite experiencias a artistas noveles de la locución, asesora en las nuevas emisoras del territorio, evalúa; en CMKC, los programas Santiago, Objetivo X, Páginas de la Historia , Domingo a las Once... llevan el sello de este locutor, narrador, actor, y animador, también figura estelar en el paseo de La Placita , en el internacionalmente famoso Carnaval de Santiago de Cuba.
Otra leyenda, el compositor Enrique Bonne, creador del ritmo pilón popularizado por Pacho Alonso, en un homenaje de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) a Guzmán Cabrales, le entregó flores y le recordó cuán brillante era ante el micrófono; y otro locutor cincuentenario, Emilio Cardona, expresó que el homenajeado le dijo una vez: ... jamás se me ocurriría comparar la locución con otra cosa que no fuera mi madre.
El martes se acalló para siempre un paradigma de la locución, que agradeció siempre el “Vida y Sueños” por sus 50 Años como locutor; el Premio Nacional de Radio (2006); los innumerables premios y reconocimientos que le otorgaron en festivales nacional y provincial de la radio o en nombre de la UJC y la Asamblea Municipal del Poder Popular (Ayuntamiento); la “Raúl Gómez García”, del Sindicato de Trabajadores de la Cultura ; el “Caracol”, de la UNEAC ; distinciones del ICRT nacional y de la radio en su ciudad natal; el Micrófono de Oro, de la radio cubana; el “Félix B. Caignet”, el de Artista de Mérito de la Radio Cubana …
Estos y otros galardones oficiales fueron muy importantes para él, pero ninguno alcanzó el relieve que tuvo para Guzmán Cabrales, saberse identificado, querido y admirado por el público ueblo que siempre lo recordará y en su memoria le oirá decir casi con melodía “...Domingo a las once".